Patanyali retratado como encarnación de la serpiente divina Adi Shesha |
Decíamos en la clase anterior, que las pruebas o evidencias son: percepción directa, inferencia y evidencia competente. Muchas veces nosotros no sabemos; tenemos duda si lo que estamos pensando es correcto o no.
Percepción directa
La expresión “percepción directa” necesita explicación: tenemos el concepto de un hombre normal y sano. Al menos aparentemente. ¿Pero cómo vamos a saber si es mentalmente sano? Todo lo que somos, en la mayoría de los casos, es un montón de impresiones mentales, y estas impresiones se producen en nosotros por influencias ajenas. Muchas veces hacemos nuestras las impresiones que nos llegan al ver u oir algo, sin pensar si son beneficiosas o no para nosotros. La diferencia entre una persona que quiere llegar a su meta y las personas comunes, es que estas últimas son manejadas por ideas externas; cuando dicen “pienso tal cosa”, sus pensamientos son un conjunto de ideas recién recibidas. El día anterior no pensaban así. Están prontas a cambiar con cada soplo exterior.
Esas percepciones directas no son siempre correctas. Para tener una percepción directa, la primera condición, es no tener ninguna clase de prejuicios. No olviden que estamos hablando de como se siente un yogui, o como debemos obrar para convertirnos en yoguis; porque la meta es la liberación y el yogui sabe que su ser ha aceptado, equivocadamente, el mundo de la naturaleza física y mental, y ahora se encuentra en la dificultad de independizarse de ella. La naturaleza siempre lo está manejando y lo obliga a hacer cosas que él, en su interior, no quiere llegar a hacer. El debe tener su percepción directa, y para tenerla no necesita que todas las percepciones sean físicas y sensorias, o dependientes del sistema nervioso.
Como les estaba diciendo, la mente nuestra, hoy en día, es un montón de ideas ajenas, con las cuales momentáneamente hemos hecho un pacto, porque así nos conviene. Ustedes saben que difícil es quitar los prejuicios. Es que los prejuicios empiezan de muy lejos. Somos varones o mujeres, es un prejuicio. ¿Por qué? Porque el estado en sí de varón o de mujer nunca se va a liberar, quiere decir que el cuerpo nunca se libera. Varón o mujer pertenecen sólo al cuerpo físico. ¿De qué puede liberarse el cuerpo que tarde o temprano habrá de desintegrarse? Tenemos que liberarnos de ese prejuicio de varón y mujer. Y sobre ese prejuicio, agregamos otros grandes prejuicios: soy sano, soy enfermo, soy alto, soy gordo, flaco, etc. Ahora, con todos esos prejuicios, es muy difícil tener lo que el yogui describe como una percepción directa.
La percepción directa no queda sólo en el campo sensorio. La percepción sensoria es parcial. Mis ojos ven una cosa, pero, la percepción directa es mucho más profunda, porque no está teñida de prejuicios que bloquean la totalidad. Todas las demás percepciones son cambiantes. Pero una percepción directa queda grabada. Y la última percepción directa ya no depende de nadie ni de nada. Todo lo que depende de algo cambia al cambiar las causas. Si una percepción depende de algo, esa percepción va a cambiar cuando ese algo, que es su causa, cambie. Así que, para tener una percepción directa, necesito una limpieza total de todas las ideas preconcebidas o prejuicios.
En este mundo podemos tener en parte percepciones directas. ¿Cómo? Por medio de la concentración. Cuando queremos percibir una cosa, debemos reunir la mente en ese punto. Y la mente debe olvidarse del pasado y del futuro. De lo contrario, ninguna percepción es completa. Todos ustedes deben haber experimentado lo difícil que es olvidarse de las ideas de pasado y futuro. Cuando la mente está concentrada, lo que viene de adentro o de afuera dura más tiempo y es más completo.
Las cosas pasajeras causan impresiones inútiles, que lo único que hacen es molestarnos. Si pasamos revista a nuestros actos, veremos que la mayor parte de nuestra vida ha transcurrido sin tener percepciones directas. La mente no entrenada no puede llegar a eliminar los prejuicios. De nuevo les repito que estoy hablando de las condiciones de un yogui o de los que quieren llegar a serlo. No estoy preparando ciudadanos. Sin embargo el verdadero yogui es el mejor ciudadano. El yogui no permanece como una cosa inútil; él ha borrado el concepto de egoísmo. Mientras el yogui se está preparando, debe prestar la mayor atención a su actuar. El afán de saber muchísimas cosas nos ha hecho muy superficiales. Podemos hablar de muchas cosas, sin tener ninguna experiencia.
Inferencia
Bajando en la escala de las evidencias o pruebas, tenemos la inferencia. La inferencia se basa en algunas percepciones directas anteriores. En este caso se dice: “Como me ha ocurrido a mi una vez o varias veces.” Ahora, si el ambiente es similar y el resultado es idéntico, la inferencia debe ser correcta.
Evidencia competente
El yogui no quiere saber nada con el más o menos. No hay especulación en el Raya Yoga. En Bhakti Yoga hay algo, pero no en Raya Yoga. Es la ciencia de toda línea religiosa. Raya Yoga puede ser aplicado a cualquier sistema filosófico o religioso. No permite flaquezas ni transigencias de ningún tipo. Hoy vemos que esos grandes yoguis eran muy misericordiosos: “Si no estás capacitado para tener percepciones directas, te doy la oportunidad de hacerlo. Te doy otra oportunidad para que lo hagas. ¿Cómo? A través de la evidencia competente.” Y allí viene el enorme campo de la fe.
Uno me viene a decir: tal cosa ha ocurrido, pero yo no le tengo fe. Tengan en cuenta que uno no puede tener fe en otra persona, si no tiene fe en sí mismo. El que tiene fe en sí mismo puede ejercitar su chitta. Pero el que fue siempre alimentado por otros, el que siempre tuvo que apoyarse en los demás, no puede tener fe en otros. La mayoría de nosotros se nutre de ideas ajenas.
Como no estamos en condiciones de tener percepciones directas, tenemos que comenzar con la evidencia competente.
Desde que llegué al país, he oído hablar de tantos yoguis, todos ellos pseudo-yoguis. Sus obras son muy leídas, pero es muy difícil seguir las prácticas. Hay muchos libros de esos falsarios que dan ejercicios de respiración que son opuestos a sus fines. He visto, por ejemplo: que algunos inspiran por la nariz y expiran por la boca; mal hecho. Me gustaría demostrarles por medio de radiografía, el daño que esto hace al sistema respiratorio. La boca no es un órgano para respirar. En caso de emergencia se respira por la boca, pero no es su función la de respirar. Este es uno de los muchos detalles que podría citar.
Es muy difícil encontrar personas que puedan darles evidencia competente. No vayan a creer que todo nombre difícil de pronunciar, es hindú. Traten de tener experiencia propia, traten de vivir sus propias experiencias y díganse a sí mismos: esto es así. Cuando la mitad de sus experiencias es sugerida por otros y otra cuarta parte es dudosa, con la cuarta parte restante no pueden tener un concepto acabado. Para tener una experiencia bien hecha, traten de librar su mente de todos los prejuicios correspondientes a esa idea. Si desean saber si una cosa es buena o no, vayan y vean por ustedes mismos. Además es un signo de valentía. Porque ninguno que sea débil mentalmente podrá aspirar a la liberación. Si no tienen evidencia competente, traten de tener experiencias propias bien hechas. Si hacen sus controles correctamente, si hacen su respiración correctamente, podrán juzgar sobre los autores con nombres altisonantes. Después les advertiré otra cosa: tengan cuidado con todos esos conceptos de liberación, filosóficos o religiosos, cuando son practicados por una ciencia oculta. Además, hay ciertas cosas que no todos pueden practicar. Por eso en la India tenemos tantísimos caminos y tantas recetas, que sobran para toda la humanidad.
Así que, cuando no hay posibilidad de evidencia competente, tenemos que recurrir a lo que queda a nuestro alcance, aunque sea penoso: a la percepción directa. Pero, para la percepción directa, ustedes necesitan disciplinarse. Para reunir la mente y colocarla en un punto, se necesita disciplina. Se necesita cien por cien de dedicación. Desde que era muy chico, mi madre, al regresar de un paseo, me preguntaba qué había visto. Y me hacía recorrer paso a paso. Me decía: “No. Después vimos un árbol, antes de lo que tú dices.” De esa forma me inculcó la observación. Cada vez que me ha faltado la evidencia competente, he ido a la fuente directa y ahí he adquirido el derecho de inferir correctamente.
En cualquier yoga, el que no tiene seguridad y firmeza en sí mismo no adelanta nada. Lo único que puede adquirir se limita a ciertos conocimientos intelectuales. En la India nos enseñan a leer libros auténticos sin comentarios. Es muy importante. Leer libros y hacer nuestros propios comentarios. Yo veo que sin conocer el apellido del autor, algunos no pueden empezar a leer. Debemos valuar las cosas por nuestras propias experiencias. Y debemos valorarlas por percepciones directas. ¿Y si no hay tales pruebas? Patányali nos dice que ocurrirá: “tendremos no discernimiento”, que es falso conocimiento que no está basado en la naturaleza real. Quiere decir, que cualquier conocimiento que no se basa en las pruebas del discernimiento, es, desde luego, conocimiento; pero, según Patányali, no tiene base en la naturaleza real. No tiene base, no fue discernido por uno mismo. Y Patányali nos dice que nosotros no debemos prestar atención a todos los mensajes que nos llegan, sin antes pasarlos por el tamiz del discernimiento.
Rev. Swami Vijoyananda
8 de septiembre de 1944
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