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Rev. Swami Vijoyananda |
La última vez hablábamos que la percepción directa, la inferencia y la evidencia competente, son pruebas. Ahora, Patányali dice: “No discernimiento es un conocimiento falso que no está establecido en la verdadera naturaleza” (YSP 1.8), y explicó diciendo que no discernimiento significa tomar una cosa por otra; no discernir correctamente. En la India se ha tomado como ejemplo clásico, el tomar el nacar por plata. Uno ve una cosa que está brillando y cree que es plata. Es un conocimiento de algo brilloso, pero que no fue discernido: es falso. Patányali dice, además: “También tenemos ilusión verbal de las palabras que no corresponden a la realidad.” (YSP 1.9) Es muy común. La gente ordinaria, especialmente las de mente juvenil, no quiere esperar hasta el término de una frase; enseguida quiere formarse una opinión. No quiere oír el prólogo y el epílogo. Según Patányali, eso, aunque es conocimiento, es una clase de ilusión.
¿Por qué dice que no discernimiento es falso conocimiento? Recuerden que Patányali al principio había dicho: lo que queremos ser es únicamente posible, cuando por medio de la concentración logramos establecernos en ese estado donde no hay sufrimiento.
Según Patányali, esos Vrittis producen olas. Y agrega luego: “El sueño ese vritti que abarca el conocimiento de nada.” (YSP 1.10) Es un conocimiento de nada. Nosotros conocemos algo. El objeto debe estar presente. Todo conocimiento debe proceder por el contacto, por lo oído, por lo visto, por nuestros deseos, etc. Parece algo raro, sin embargo todos los días lo hacemos. Por ejemplo: ustedes ven este papel y tienen el conocimiento de la existencia de este papel; y sacándolo, luego, tienen el conocimiento de la no existencia de este papel. Acostumbramos a dar importancia a la presencia, pero, es perfectamente posible la no presencia. Igualmente ocurre cuando nos dormimos. Cuando dormimos, el conocimiento que se adquiere no es un conocimiento formado por el cálculo de la hora, etc. Cuando hemos dormido profundamente, sabemos que hemos dormido profundamente. Cuando el yogui manda a dormir a todos sus órganos activos, que fabrican las noticias y recogen los distintos conocimientos, sabe que todo lo que antes existía en distintas formas, nunca existió.
Por una causa mecánica del cuerpo, tenemos el conocimiento de la nada, del estado vacío, durante todas las noches cuando dormimos; pero, un yogui que ha llegado al último rango, a la última escala de su realización, goza de ese estado de la nada.
“La memoria viene cuando esas olas prosiguen, aún cuando los objetos no están en contacto con los sentidos.” (YSP 1.11) Por ejemplo: en este papel está escrito: “Campaña 1944”. Yo lo estoy leyendo. Después de un rato, puede presentarse en mi mente: “Campaña 1944”.
¿Y cómo ocurre tal cosa? Patányali sigue explicando: la memoria puede venir de la percepción directa, de un conocimiento falso, de la ilusión verbal y del sueño. Una palabra oída, no es más que un pedacito de arcilla tirado en la laguna mental. Eso causa ondas y las ondas, a su vez, causan otras ondas. Las últimas ondas son memoria.
La memoria puede venir en un estado despierto, y cuando viene estando dormido, la llamamos sueño. También puede venir en una forma vaga. O puede venir, por ejemplo: no “Campaña”, es decir “1944” sólo y no recordar más. Y también no venir ninguna de las dos cosas. Por ejemplo: yo voy en un tren y veo un letrero donde aparece la palabra “Campaña” y digo: Ah! Yo conozco eso de campaña.
Lo mismo ocurre en el estado de sueño. Esta vaguedad ocurre porque cuando causó la primera impresión, cuando la piedra fue tirada en la laguna, la parte de “yo” no estaba cien por cien allí. Por lo tanto, la memoria puede ser eficaz, puede ser incompleta, puede ser vaga y puede ser molesta.
Muchos de ustedes habrán leído tal vez, algunos libros sobre sueños. Tal sueño quiere decir tal cosa: hay personas que explican el significado de los sueños. Nosotros allá en la India, comúnmente hacemos una diferencia entre sueños y visiones. Las visiones son aquellas que al recordar nos transportan totalmente frente al objeto de la visión y causa un placer inmenso. Para el que tiene una sola vez, esa visión, todos los atractivos de este mundo pierden su influencia sobre él.
Continúa Patányali: “Todos esos obstáculos, todas esas ideas molestas que no nos permiten obtener una concentración fácil, deben ser suprimidos por una larga práctica y renunciamiento.” (YSP 1.12)
¿Por qué dijo renunciamiento? Hay prácticas que no dan ningún resultado. Los que han visto botes de remar, saben que para adelantar hay que levantar el ancla. De lo contrario no avanza nada, por más que remen. En nuestro caso, levantar el ancla, significa renunciar.
La primerísima cosa que dijo Patányali es: “Es absolutamente necesaria la concentración para conocer nuestra naturaleza, para establecernos en nuestro estado puro.” (Ref. YSP 1.3) La práctica de la concentración impide que nuestra mente se bifurque. Concentración significa juntar todo el esfuerzo mental sobre un objeto. El objeto puede estar afuera, en forma de símbolo o adentro también en forma de símbolo, o como una idea abstracta.
En mis lecturas, suficientemente vastas; en los conocimientos que he adquirido en la vida, y en mis conocimientos de las personas que he considerado gentes de Dios, no he visto un solo caso en que no se haya dicho categóricamente: si usted quiere lograr su ideal debe dejar todo. Tenerlo todo y además lograr la liberación, no conozco un sólo caso.
Más adelante Patányali explicará como controlar y manejar las influencias. Pero, desde ya, vayan comprendiendo que si quieren lograr algo, deben dejarlo todo. He visto que algunos estudiantes, estudian con la radio prendida. Y les diré que no he conocido ni uno solo de esos estudiantes que se un alumno sobresaliente.
En la India, se considera que la austeridad y la práctica son indispensable para un joven estudiante.
Ante de llegar a la Argentina, viajé por Europa. Y puedo decirles que la vida estudiantil aquí es muy inmoral; la vida de los muchachos y de las muchachas. No he vivido nada igual en ninguna otra parte. Aquí el conocimiento es muy limitado porque quieren saber muchas cosas. A esas personas les diría que tienen que saber el secreto de la concentración. ¿Y saben ustedes por qué no pueden concentrarse? Porque quieren divertirse y estudiar al mismo tiempo. Yo he estudiado, y tenía además del estudio, una sola diversión. Por eso nunca fui segundo en mis exámenes, porque sabía concentrarme. Y también porque supe elegir mi ideal.
Si quieren conseguir algo, tienen que concentrarse y tienen que dejar de lado todas las ideas que constituyen un obstáculo.
Patányali dijo primero cuales son las pruebas. La mejor es la prueba directa. Cuando mi conocimiento no es perfecto puedo inferir. Después habla de las cosas que causan dificultad. Seguimos: ¿Qué es la práctica? Patányali la define como “el esfuerzo de mantener a la mente sin formar ondas.” (YSP 1.13) Ese esfuerzo se realiza en dos formas:
1°) Si ya las ideas han llegado, no permitir que causen impresiones.
2°) Evitar que la mente salga en busca de impresiones y se tome luego la forma de objetos.
Eso es la práctica.
Para no permitir que la mente salga en busca de objetos y para evitar que forme objetos interiormente, se requiere una larga práctica y concentración. Es muy fácil, decirlo. ¿Patányali quiere cortar nuestro porvenir? ¡Qué mal hombre! Patányali corta toda idea de porvenir y también quiere borrar el pasado. Quiere llevarnos a la Conciencia Eterna, donde no hay ninguna ola llamada pasado o futuro. La Omnipresencia es posible cuando dejamos todas las ondas mentales. Somos hoy el resultado del pasado con el impulso del futuro. Todo está y todo no está, según como se quiera ver.
Raya Yoga significa el Yoga Rey o el yoga de los reyes; el yoga más grande que existe.
Ustedes deben haber oído hablar alguna vez de la Asociación del Profesorado, formada por un conjunto de mentirosos. El Presidente es un mentiroso, y el Secretario es otro mentiroso. Bien. Allí dije, una vez, que en una rama del Budismo, los japoneses enseñan una clase de meditación que llaman “Zen”, pero han hecho de esa práctica una cosa utilitaria. No permite que los que practican vayan muy lejos. La mayoría, cuando toma gusto a la concentración, por la concentración misma, (que según Patányali es establecerse sobre el estado de Ser), entonces lo que ocurre, como ha ocurrido entre los japoneses, utilizan la concentración con fines prácticos, en la vida diaria.
En la India, las primeras prácticas de Pranayama son prácticas de respiración. Cuando los yoguis las dan a sus alumnos, esperan que estos dominen Prana, que es la fuerza vital que tiene su influencia sobre nuestra naturaleza psíquica. Las mismas prácticas de concentración, sin esas miras psíquicas, pueden dar, también otros resultados. Por eso debemos saber de antemano cual es nuestro ideal. Si queremos establecernos en el Ser, debemos evitar que la mente tome formas. La mente debe ser absolutamente purificada, para obtener el estado supremo. Pero, cuando la meta no es esa, el yogui dice: ese es un yogui adulterado. En la India los llamamos yoguis caídos. Quiere decir que ha caído de su ideal.
En el aforismo número catorce, Patányali emplea por primera vez la palabra cariño. Dice: “La práctica continuada para el control no se logra en un día; ni se logra si no hay cariño.” (Ref. YSP 1.14) Todos sabemos que si no tenemos cariño por nuestro ideal, es difícil lograr algo. Con la mente predispuesta hacia el aspecto económico, es difícil lograr resultados. Se necesita cariño. Si recuerdan ustedes, antes de hablar de Raya Yoga, les dije que había una clase de yoga llamada Laya Yoga. Laya Yoga significa: Destrucción. Retorno. Aniquilación de las ideas que deben ser aniquiladas. Samadhi, es decir la última realización.
En un libro de Laya Yoga se citan algunos aforismos de Patányali. Sobre todo, menciona que debemos vigilar la mente continuamente, para que deje esa costumbre de formar olas.
La escuela de Laya Yoga quiere llegar siempre al Samadhi y aconseja como condición indispensable, el estado de vigilancia, el estar alerta, todos los momentos. Tener la mente fija en su ideal cuando está practicando, y cuando no está practicando, permitir una división de la mente en dos partes. Con una quedan con el ideal, y con la otra notan lo que está ocurriendo alrededor.
Sabemos cuán difícil es no permitir que la mente se transforme en objetos. Sin embargo, es absolutamente indispensable no permitir formar ideas sin discernimiento. Una vez formadas las ideas, lleva mucho tiempo devolverlas a donde vinieron. No podemos librar a nuestra mente por el sólo renunciar a los objetos. Es necesario renunciar a las ideas que, por ejemplo, causaban pena en tal ambiente, porque cambiando el ambiente, y mudándonos a otro, igual tendremos penas. No sólo debemos renunciar a los símbolos, sino también a lo que ellos simbolizan.
Podemos meditar, pero si al levantarnos de la meditación, permitimos a nuestra mente que se dedique a las cosas que había dejado, no obtendremos ningún resultado. Por eso, la práctica de evitar que la mente salga en busca de impresiones y las almacene, debe continuarse toda la vida. De lo contrario no hay posibilidad alguna de lograr buenos resultados.
Creo que no tengo necesidad de repetir esto. Con una sola vez, es suficiente.
12 de septiembre de 1944