Cada uno de nosotros tiene que pasar por el fuego del sufrimiento, ello es necesario como entrenamiento. La voluntad egoísta debe ser controlada, subyugada, quemada, por así decir, en el fuego del dolor. Si estás preparado para esto, entonces entra en el sendero espiritual. Si, por el contrario, no deseas hacer ningún sacrificio para tu Ideal, deja la idea de buscarlo y vive como quieras. La vida superior no es para los tibios e irresolutos. Por un tiempo te verás entre el yunque y el martillo. Para enderezar el hierro torcido, primero se debe ablandar en el fuego y luego se lo martilla sobre el yunque, de este modo, toma la forma que se le quiera dar. Por lo tanto, debemos vencer toda cobardía. ¡Qué vengan todas las molestias, dificultades y sufrimientos! ¡Enfrentémoslos con firmeza y avancemos hacia la meta!
Oh Señor, si la puerta de mi corazón
Permanece cerrada para Ti,
Rómpela, te lo ruego y entra.
No te alejes de mí.
Si algún día las cuerdas de mi corazón
No vibran con Tu dulce Nombre,
Quédate cerca de mí
Y no me abandones
Si alguna vez permito que alguien
Ocupe Tu asiento en mi corazón.
Oh, mi Eterno Rey,
Te ruego que no te alejes de mí.
Si algún día no despierto a Tu llamado,
Rompe mi sueño con el rayo del dolor.
Mas, te lo ruego,
No te vayas y me abandones.
Swami Yatiswarananda
Swami Yatiswarananda (1889-1966), un monje mayor, y el ex Vicepresidente de la Ramakrishna Math. Además de siete años de trabajo pionero en la difusión deVedanta en Europa y diez años de la enseñanza de Vedanta en los EE.UU. (Filadelfia).
El Swami era un discípulo iniciado de Swami Brahmananda (el gran discípulo directo de Sri Ramakrishna), y fue muy respetado por sus altos logros espirituales. Abogó y vivió una vida espiritual en armonía con la meditación como la clave.
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