martes, 30 de agosto de 2011

Complacer a Dios



Hay un relato sobre un joven monje que viajaba. Cuando se cansó, se echó bajo un árbol. Como no tenía almohada tomó unos pocos ladrillos y apoyó en ellos su cabeza. Algunas mujeres iban por el camino para obtener agua del río. Cuando vieron al monje allí echado, se dijeron entre ellas: ‘Mirad...ese joven se hizo monje y todavía no puede estar sin la idea de una almohada. En lugar de ésta tiene que tener ladrillos’.

Siguieron su camino y el monje dijo para sí: ‘Tienen mucha razón de criticarme’. Por lo que tiró los ladrillos y se echó de nuevo, con la cabeza sobre la tierra. Al poco rato volvieron las mujeres y vieron que los ladrillos habían desaparecido; y exclamaron desdeñosamente: ‘¡Linda clase de monje! Se siente insultado porque dijimos que tenía una almohada. Mirad, ahora...¡ha tirado su almohada!’.

Entonces el monje pensó: ‘Si tengo una almohada la gente me critica; y si no tengo una almohada, eso tampoco le agrada. No se la puede complacer; permítaseme procurar complacer sólo a Dios’.

Del libro ‘El Sermón del Monte según el Vedanta’ de Swami Prabhavananda

Cartas de Swami Vivekananda

Ridgely Manor, 14 de septiembre de 1899.

Mi querido Sturdy:
He estado descansando en la casa de los Leggett, sin hacer nada. (Swami) Abhedananda está aquí. El ha estado trabajando mucho; dentro de uno o dos días retomará su trabajo, por un mes, en diferentes lugares, luego irá a New York.

Estoy tratando de hacer algo en la línea que usted sugiere, pero no sé hasta donde una descripción de los hindúes será apreciada por el público occidental, viniendo de un hindú...
La señora Johnson opina que ninguna persona espiritual debería enfermarse, y ahora también piensa que el hecho que yo fume es pecaminoso. Mi enfermedad fue la razón del alejamiento de la señorita Müller. Ellos, y usted también, pueden estar en lo cierto, pero yo soy como soy. En India, los mismos defectos más el hecho de comer con europeos, es desaprobado por muchas personas. Fui echado, por los dueños de un templo privado, por comer con europeos. Desearía ser los suficientemente maleable como para amoldarme a los deseos de cada uno, pero desafortunadamente nunca vi a un hombre que pudiera satisfacer a todos. 
Tampoco puede, alguien que tiene que ir a diferentes lugares, contentar a todos.

Cuando llegué por primera vez a América era mal visto por no usar pantalones. Más tarde fui forzado a usar ‘cuellos y puños’, de otro modo no se me acercarían...opinaban que era extraño si no aceptaba las comidas que me ofrecían...

...Por supuesto, éste es mi karma, y estoy contento que así sea, porque, a pesar de que duela en el momento, es otra gran experiencia de vida, que será útil en esta o en la próxima.
En lo que a mí respecta, estoy constantemente en medio del flujo y reflujo. Siempre lo supe, y mi constante prédica fue que cada gota de placer trae su cuota de sufrimiento y muchas veces con interés compuesto. El mundo me ha dado mucho amor, por lo tanto, merezco mucho odio. Me alegra que así sea, de este modo puedo probar en mi propia persona mi teoría: Cada elevación tiene su correspondiente depresión.

En cuanto a mí, me aferro a mi forma de ser y a mi norma: una vez que eres mi amigo lo eres para siempre, y también el certero principio Hindú de buscar en uno mismo la causa de cuanto le toca experimentar en el mundo externo.

Estoy seguro que cada ola de disgusto y odio que recibo, es mi culpa y sólo mía, no puede ser de otra manera. Agradezco a usted y la señora Johnson, porque de esta forma, me fuerzan una vez más a volverme hacia mi interior.

Como siempre con amor y bendiciones,
Swami Vivekananda.
“No busques ni rehuyas. La libertad consiste en no ser afectado por cosa alguna. No te contentes con soportar, mantente desligado”.
Swami Vivekananda

Swami Ramakrishnananda


Swami Ramakrishnananda


La pintura real del Swami Ramakrishnananda fue dada en mi libro “Días en un monasterio hindú”, pero ese retrato fue hecho a grandes rasgos, eliminando todo lo que no fuese atractivo o de interés tanto para orientales como para occidentales. Como, sin embargo, la perspectiva se profundiza y la figura viviente se vuelve difusa, cada detalle descartado alcanza nuevo valor y demanda ser registrado. Esta es la razón de estos tardíos recuerdos; ellos son ofrecidos como los últimos granos recogidos después que la cosecha principal fuese hecha.

Mi estrecha relación con el Swami se encuentra entre los recuerdos más preciados de la India. Ninguna palabra define con más exactitud al Swami que aquellas del Señor Gauranga: “Menos que una brizna de pasto, con la entereza de un árbol, sin buscar honores pero dando honor a todos”.

La humildad era fundamental para él, ésta era más que la mera ausencia de orgullo, era el resultado del olvido completo de sí mismo. No había lugar en su conciencia para otra cosa que no fuese el Maestro (Sri Ramakrishna). Lo que San Pablo dice en su epístola a los Gálatas: “Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí”, describe perfectamente la actitud del Swami con respecto a sí mismo y a quien el llamó Gurú. El estaba muerto para sí mismo y vivo solamente en Ramakrishna.

Sus movimientos, su comida, su sueño , su trabajo y sus enseñanzas, su vida entera, estaban basados en la Voluntad del Maestro, nunca en sus propios deseos o conveniencias. Aquellos que lo vieron llevando el cuadro de Sri Ramakrishna, apretado contra su corazón, su cuerpo inclinado como protegiéndolo mientras caminaba a través de la lluvia, desde el vehículo hasta la entrada del nuevo monasterio en Mylapore, pudieron apreciar la ternura de su amor, el poder de devoción por su Gurú, el cual le había transferido su existencia. El podía decir de su Maestro como lo había dicho San Pablo del suyo: “La vida que ahora vivo en el cuerpo la vivo por la fe en el Hijo de Dios”.

Sus sentimientos fueron mostrados en estas palabras que me dijo un día: “Si estamos en un laberinto y alguien viene y nos dice: ‘Yo puedo mostrarle la salida’ ¿Qué hacemos nosotros? Lo seguimos y la gratitud que sentimos es lo que llamamos adoración y devoción. Esta persona es el Gurú y nosotros deberíamos seguirlo completa e incuestionablemente si queremos salir del laberinto”.

“El trabajo del Gurú se hace en unos minutos”, él dijo nuevamente, “mediante una pocas palabras el Gurú da un giro a nuestra vida, como cuando un hombre esta andando en bicicleta, alguien ve que el camino que está siguiendo lo llevará a un peligro, por lo tanto le cambia la dirección, el hombre continúa pedaleando como antes, sin detener su marcha pero ahora se aleja del peligro en vez de acercarse. El trabajo del Gurú es guiarlo al lugar correcto”.

El Swami no daba cuartel al egoísmo, para él espiritualidad significa abandono del ego, aquellos que siguen la vida espiritual no deben tener concesiones con el ego. “Cuando el hombre se impone como tal, comete toda clase de atrocidades, cuando Dios actúa en el hombre, éste es puro, bueno y virtuoso. Trata de sentir a Dios dentro tuyo y superarás todo egoísmo”. Este era su consejo.

Por Sister Devamata


lunes, 29 de agosto de 2011

Un pensamiento para cada día

Swami Paramananda
SEPTIEMBRE

AMOR INEGOÍSTA Y DEVOCIÓN

Ocupa totalmente tu mente en mí.
Sé mi devoto,
adórame e inclínate ante mí.
Así tú llegarás a mí.
En verdad te lo prometo
porque tú eres muy querido para mí.
Bhagavad-Guita

¡AMOR!

¡Excelso, infinito, misterio insondable!
¡Sagrada corriente de vida!
Llama viva y resplandeciente
que arde eternamente
consumiendo todas nuestras imperfecciones,
curando nuestras heridas y
cubriendo de paz nuestro turbulento corazón.
¡Salve Oh Tú, Espíritu Divino!
¡Salve Oh Tú, por toda la eternidad,
dador de la visión divina.
Deja que recline mi cabeza en tus brazos protectores,
Y me duerma en tu cálido regazo.
Que al despertar contemple tu rostro bondadoso
y tu mirada de ternura que jamás cambia.
Que hacia Ti vuelva yo mi rostro
y en Ti fije mi ardiente mirada ahora
y por toda la eternidad.


SEPTIEMBRE 1°


Pensamiento del Día

El egoísmo es un paso terrible en nuestra vida

Memorizar

El tiempo pasará.
Aun así, el tiempo no existen en el amor.
El amor fundirá el tiempo y todo en el uno y único.
Entonces toda la angustia de tu corazón se transformará en serena contemplación.
Lección
Cuando estamos atados por el egoísmo, el alma sufre. Sentimos que el peso de la vida nos vence porque no tenemos canales superiores de expresión. La autolimitación siempre derrota al hombre. No pensemos en el yo. Hay cosas mucho más grandes en las cuales pensar. Si podemos fijar nuestra mente y corazón en la Divina Madre, Ella hará que nuestra fe sea cada vez más firme y nos otorgará dicha, generosidad y verdadera devoción.

Oración

Que el espíritu omniamor del universo vivifique mi alma con nueva vida y un más profundo entendimiento. Que Él me rodee con su amor protector, para que pueda salvaguardarme contra el egoísmo y todo aquello que me aparta de Él. Que Él me inspire con más y más amor. Que Él aumente mi devoción y fortalezca mi fe.


SEPTIEMBRE 2


Pensamiento del Día

No hay especulación ni compraventa en el verdadero amor.

Memorizar

He aquí que los amigos llegaron para rescatarme de las aguas con sus frágiles barcas.
Mi corazón se estremeció de temor y grité desesperado.
¡Corriente de amor! ¡Corriente de amor!
¡Llévame prestamente donde tú quieras!
¡No quiero que nadie me salve!

Lección

Contemplamos un hermoso paisaje, lo admiramos pero no le pedimos nada en retribución. Lo amamos porque es hermoso. De esta manera debemos amar a Dios porque Él es el ser más adorable en el universo. Este comprensivo amor es el don más grande en la vida. Obtenemos más de lo que pedimos cuando alcanzamos ese nivel.

Oración

Divinidad todo bondad, expande mi corazón para que pueda amarte con todo mi ser.
Despierta en mi alma más y más el poder de amar. Que yo aprenda a darme sin reserva o cálculo.
Concédeme que nunca vuelva a caer bajo la ligadura del ego sino que siempre dirija mi mirada hacia ti en busca de guía y protección.


SEPTIEMBRE 3


Pensamiento del Día

Un sincero devoto abandona todo lo que tiene y por este acto de renunciación adquiere vida infinita.

Memorizar

A Ti, cuya sagrada mano encendió mi corazón con este fuego de amor, yo consagro el torrente de mi alma. Dejo a tus benditos pies, cuyo sagrado toque colma todo mi ser con éxtasis, éste, mi más íntimo secreto.

Lección

Todo el poder que se manifiesta a través de nosotros proviene de una misma fuente. Nosotros abrimos el canal por medio de un constante servicio de amor, humildad y devoción. Dejemos que su corriente fluya constantemente y que cada día se vuelva más y más poderosa de manera que todo aquel que entre en contacto con nosotros, se sienta bendecido. Cuando nuestro corazón es humilde, la luz del amor vierte su esplendor a través nuestro y esa luz llega a todos aquellos cuya vida tocamos.

Oración

Que el Ser Supremo me conceda esta bendición: que yo pueda caminar siempre en su luz y esparcir su amor.
Pueda realizar que siempre me encuentro en peligro cuando me separo de su cariño protector.
Que mi vida avance en unión con su vida y mi corazón se sienta pleno con renovado sentir de su paz.


SEPTIEMBRE 4


Pensamiento del Día

Dios, como una madre, nos suplica tiernamente para que abandonemos el ego.

Memorizar

Dios es tu padre.
Él es un hidalgo rey que gobierna con el cetro del amor y lleva la corona de la compasión.
Se tú entonces como Él en el amor, si quieres heredar su reino celestial.

Lección

Mantén siempre tu actitud con dignidad e inegoísmo. Sabe que tú eres un canal a través del cual el Ideal se está manifestando. Mantente puro y fiel en tu devoción, entonces no habrá ninguna dificultad. Si tú te has dado completamente a Él en cuerpo, mente y corazón, con todos sus poderes y posibilidades, entonces nada podrá distraerte o agobiarte.

Oración

¡Oh Tú, Regidor omni amor del universo!
Hazme digno de tu cuidado maternal y de tu bendición.
Que yo nunca deje de oír tu voz, de obedecer tu llamado.
Que nunca me abandones y que yo nunca te abandone a ti.
Conviérteme en tu verdadero hijo y mantén mi corazón fijo en ti a través de cada hora del día.


SEPTIEMBRE 5


Pensamiento del Día

El que ha conquistado el ego, no podrá ser vencido por nadie.

Memorizar

Estaba triste pensando en todas mis perdidas oportunidades, pero Tú, divino perdonador, me has llamado nuevamente para cantar ante Ti.
¡Mi corazón estalla de dicha!
¡Qué extraño que mi mente no supiera que era tu voz la que cantaba en mí y era tu música la que le daba su ritmo!

Lección

Todos nuestros sufrimientos surgen del interés propio. Esto nos hace intranquilos y calculadores. El hombre que puede transitar por situaciones escabrosas y mantener su fervor, se convierte en una gran bendición para sí mismo y para los demás. A menos que aprendamos el arte de vivir no podremos mantenernos firmes. Que nadie piense que algún lugar determinado o condición se lo dará. Éstos ayudan, pero si no cultivamos este arte de vivir, muy a menudo desperdiciaremos nuestras oportunidades para manifestarlo.

Oración

¡Oh Tú, Divinidad infinita! Que en esta hora silenciosa pueda sentir tu amor y protección. Pueda descansar en ese amor y perder todo temor y debilidad.
Que en el sueño y en la vigilia pueda tener conciencia de tu presencia y que esa conciencia destruya en mí todo interés e importancia personal.



SEPTIEMBRE 6


Pensamiento del Día

Damos lo mejor cuando no somos conscientes de nosotros mismos.

Memorizar

¡Ah ... la bendita hora de paz, la hora de íntima unión, la hora de dicha plena!

Lección

Cada vez que nos olvidamos de nosotros mismos, nos sentimos renovados y descansados. Este olvido puede lograrse por medio de una comprensión más amplia y elevada o bien a través de la devoción a un ideal. ¡Renunciar al ego! ¿Qué le pasa a un hombre cuando renuncia a su yo? ¿Es que no queda nada? La renunciación es algo muy sagrado y es el motivo lo que determina el valor de la renunciación. Cuando nos limitamos a una visión egoísta, todo se distorsiona y nuestro equilibrio queda destruido. Debemos dar libremente nuestra propia vida si queremos lograr verdadero e inquebrantable poder en la acción.

Oración

¡Oh eterna luz del universo! Tú eres la fuente de mi vida, mi inspiración y mi dicha.
Que mis ojos permanezcan por siempre fijos en ti. Que nunca se vuelvan hacia mí mismo.
Ayúdame a mantener encendido mi fuego espiritual y que nunca permita que languidezca o se extinga.
Pueda dedicar todo mi corazón a tu servicio y encontrar siempre mi fuerza en ti.


SEPTIEMBRE 7


Pensamiento del Día

Sin amor y aspiración no podemos ser receptivos a la gracia divina.

Memorizar

Cuando nuestros pensamientos se elevan con el perfume de la pureza, podemos ofrecerlos a Él quien aceptará nuestra ofrenda.

Lección

Cuando tratamos de servirlo con un sentimiento espontáneo, sin pensar en nosotros mismos, nada puede resistirnos. Sepamos esto y nada entonces podrá defraudarnos. Cuando iniciamos algo con espíritu generoso y dedicado, todos nuestros esfuerzos están llamados a tener éxito. Espiritualmente esto es toda una revelación. Le ha sido revelado, no sólo a los profetas o los maestros, sino también al devoto que es humilde, sufrido e inegoísta. A menos que tengamos visión espiritual, cuando surjan dificultades no estaremos capacitados para enfrentarlas. Debemos salvaguardarnos adquiriendo sabiduría, ésta es eterna y siempre conforta y sostiene.

Oración

¡Oh Señor! Concédeme que en las tareas cotidianas sea yo siempre consciente de tu guía. Ayúdame a cumplir cada deber con espíritu de servicio y amor, que todo lo que yo haga te complazca, que en mi trabajo, adoración y aspiración, busque siempre glorificarte.
Aumenta mi capacidad de sufrimiento y concédeme sabiduría para que pueda manifestar tu gracia espiritual en todas mis palabras y acciones.


SEPTIEMBRE 8


Pensamiento del Día

La devoción inegoísta a un ideal juega un rol vital en la vida espiritual.

Memorizar

Libremente estoy ligado a ti, libremente permanezco ligado, porque tú has derramado sobre mí, sin que yo te lo pidiera, tu amor ilimitado, y sin que tu me lo pidas, yo me ofrendaré a ti.

Lección

Trata de cultivar el verdadero espíritu de discipulado. Es muy difícil despertarse a uno mismo. El mundo está lleno de maestros, todos quieren ser maestros, en cambio el espíritu de discipulado es realmente muy raro. Aun así el estado de discípulo no es todo, debes esforzarte constantemente y no dormirte nunca más.

Oración

¡Oh Tú, Omnisapiente! Concede a mi corazón la gracia de la humildad para que yo pueda aprender alegremente las lecciones que me lleguen durante este día.
Mantenme intrépido y constante en mi devoción al idea, que jamás falle en mi lealtad a Él.
Que sujete fuertemente mi vida a tu vida infinita y me pierda totalmente en mi servicio a ti.


SEPTIEMBRE 9


Pensamiento del Día

El amor y la devoción, cuando son auténticos, generan fuerza.

Memorizar

Este corazón mío era como un erial, falto de gracia y vida.
Hasta que el momento que la corriente de amor lo hizo fértil, era como tierra yerma e infecunda.
La corriente de amor ha transformado mis tierras estériles en un jardín de fragantes flores y en un huerto de sabrosos frutos.

Lección

Ruega a la Divina Madre para que tengas firmeza en tu vida devocional. Ruégale que despierte en tu corazón un amor más profundo por Ella y te libere de todo orgullo, ambición y vanidad. Honores, alabanzas y el reconocimiento de nuestros méritos pueden ser muy perjudiciales para el alma, despiertan al ego sutil e impiden el progreso espiritual. Ruega siempre a la divina madre para que proteja de tales peligros. Trata siempre de glorificarla mediante tu propia vida.

Oración

Que la Madre infinita acepte mi ofrenda de oración y devoción.
Que por mi adoración diaria logre luz y más amor.
Pueda volverme fuerte pensando en su infinita fuerza.
Pueda volverme más cálido y afectuoso pensando en su amor infinito.
Que toda intranquilidad y descontento se desvanezcan de mi corazón y halle paz y dicha en su presencia.


SEPTIEMBRE 10


Pensamiento del Día

¿Puede Dios aceptar la adoración de quien no tiene bondad y magnanimidad en su corazón?

Memorizar

La belleza de la rosa atrae mi corazón.
La belleza del amanecer exalta mi alma.
El silencio y la quietud de la noche me colman de admiración, la belleza de un rostro y la belleza de un paisaje despiertan en mi alma un amor más y más profundo.

Lección

Cuando tú encuentras que otros están destemplados e irritados, es porque tú tienes esos sentimientos en ti mismo. Cuando hay únicamente amor y benevolencia en nuestro corazón, la dureza de otros no nos toca. El inegoísmo es una realidad, aun así no puede ser definido. Te elevas a un nivel más alto y te vuelves inegoísta cuando sirves a Dios y a sus hijos con verdadera dedicación y devoción. Cuando la luz del amor resplandece en tu corazón te abastece con el poder de hacer y decir lo que es correcto. Entonces tu trabajo y tu adoración se vuelven gratos a los ojos de Dios.

Oración

¡Oh Señor! Quítame toda hostilidad e indiferencia y libérame de todo lo que me ata a mi pequeño yo.
Ayúdame a amar y servir sinceramente a todos tus hijos.
Que pueda extender una mano generosa a los necesitados y nunca volver mi rostro a criatura viviente alguna.


SEPTIEMBRE 11


Pensamiento del Día

Los que son incapaces de soportar una reprimenda demuestran ser débiles y superficiales.

Memorizar

Amante: quédate tranquilo y espera.
Aquél a quien tú anhelas, vendrá.
Estar solo no significa soledad.
Y ¿cómo has de recibirlo si no estás solo?
La espera tiene por objeto prepararte para su llegada.
Desvelarse por el anhelo es agradable.
Y cuando Él llegue ... todo esto desaparecerá y te diluirás en el amor.

Lección

Antes de estar capacitados para la enseñanza espiritual es necesario abrir el lado más profundo de nuestra naturaleza con paciencia, humildad y obediencia. Es por esto que los grandes sabios de India se mostraron tan exigentes en sus disciplinas. El verdadero discípulo escucha en silencio y si recibe una reprensión no se subleva en un acto de autodefensa. El discipulado es algo muy sagrado y no puede ser dado a quien no está debidamente preparado para ello.

Oración

Elevo mi corazón al todo penetrante quien es el dador de toda fuerza y bendición.
Que Él me libere del orgullo, la rebeldía y de todo pensamiento y sentimiento indigno. Que pueda realizar que Él es la fuente y origen de mi existencia, que de Él proviene toda mi felicidad y pesar.
Pueda aceptar humildemente todo lo que Él envía, sea dolor o placer y ponga a sus benditos pies mi confianza inalterable.





El universo es un gran libro

El dios Indra y el elefante de tres cabezas Erawan (Airavata). Detalle del Phra Prang, la torre central del Wat Arun (‘templo del crepúsculo’) en Bangkok(Tailandia). 

El experimentador es el Atman, nuestra na­turaleza real y el objeto de experiencia es la totalidad del mundo aparente incluyendo la mente y los sentidos. En realidad, sólo el Atman existe, Uno sin segundo, eternamente libre; pero por la falsa identificación a través de maya, que es el misterio de nuestra presente situación, el Atman es con­fun­dido por el ego individual sujeto a todas las olas de pensamiento que surgen y perturban la mente. Es por ello que imaginamos que so­mos desgraciados o felices, iracundos o lujuriosos. El Guita nos re­cuerda que éste no es el caso: El alma iluminada piensa siempre: ‘Yo no hago nada‘. No importa lo que ve, oye, toca, huele, come...El siempre sabe esto: ‘Yo no estoy viendo, yo no estoy oyendo; son los senti­dos que ven y oyen y tocan los objetos de los sentidos‘.

Hasta tanto el experi­mentador se identifique falsamente con el objeto de experiencia, no podrá cono­cer el Atman, su verdadera naturaleza. Perma­necerá ligado, creyéndose esclavo de las experiencias. Escribe Swami Vivekananda: “Hay una historia en la que el rey de los dio­ses, In­dra, se convirtió en un cerdo, revolcándose en el fango, tenía una hembra y un montón de le­chonci­tos, sintiéndose muy feliz con todo esto. Viendo su condición algunos dioses se le acercaron y le dijeron: ‘Tú eres el rey de los dioses y tienes a todos los dioses bajo tus órdenes. ¿Por qué estás aquí?‘ Pero Indra dijo: ‘No importa, yo estoy muy bien aquí y no me interesa el cielo mien­tras tenga a mi compañera marrana y a mis pequeños lechonci­tos‘. Los pobres dioses no sa­bían que hacer. Después de un tiempo decidieron matar a toda la prole, uno tras otro. Cuando todos estuvieron muertos Indra comenzó a llorar y lamen­tarse. En­tonces los dioses desgarraron el cuerpo del cerdo y saliendo de allí adentro, Indra comenzó a reír pen­sando en el ho­rrible sueño que había te­nido; él, el rey de los dioses ¡convertirse en un cerdo y pensar que la vida de cerdo era la única vida! Y no sólo eso, sino que había deseado que todo el universo llevara vida de cerdo”.

“El Atman, cuando se identifica con la natura­leza, olvida que él es puro e infinito. El Atman no ama, es el amor mismo; no existe, es la existen­cia misma. El Atman no conoce, es el conocimiento mismo. Es un error decir que el Atman ama, existe o conoce. Amor, existencia y conocimiento no son las cualidades del At­man, sino su esencia. Cuando llegan a reflejarse sobre algo las llamamos cualida­des de aquel algo. Ellas no son las cualidades sino la esencia del Atman, el infinito Ser, sin naci­miento, sin muerte, establecido en su propia gloria, pero que parece haber llegado a tal grado de degenera­ción que si alguien se le acerca y le dice: ‘Tú no eres un cerdo‘, co­mienza a chi­llar y morder”. Este ‘cerdo que no es cerdo‘ puede, ocasio­nalmente, volverse un animal muy peli­groso. El poder de tamas en nuestra naturaleza es tan grande que nos hace aborrecer toda perturbación. Detestamos toda nueva idea, especialmente si ella implica introducir algún cambio en nuestra vida. Y así, cuando el maestro espiritual llega a decirnos que no somos cerdos sino Dios, estamos listos para perseguirlo y crucificarlo.

La última frase de este aforismo es uno de los mas importantes de este libro. Es la respuesta de Patán­jali a la gente-cerdo, a aquellos que quie­ren permanecer revolcándose en el cieno. El universo de la experiencia sensoria es un gran libro y aquel que lo lee íntegramente, con dis­cernimiento, llegará a saber que no hay nada más que el Atman. Ninguna experiencia es en vano, ninguna página de ese libro es superflua siempre que el lector aprenda algo del mismo y prosiga ha­cia la página siguiente.

Todo lo que nos sucede, no importa cuan trivial pueda parecer, ofrece algún indicio que puede conducirnos hacia un conocimiento espiritual más amplio y finalmente a la liberación.

Por Swami Prabhavananda

En la mitología hinduistaIndra es el rey de los dioses o devas y señor del Cielo y dios principal de la primitiva religión védica (previa alhinduismo) en la India. Aparece como héroe, deidad y figura central en el libro Rig-veda (mediados del II milenio a. C.). Es considerado el dios de la guerra, la atmósfera, el cielo visible, la tormenta y el rayo, que era representado como una espada con ondulaciones (como un rayo).

domingo, 28 de agosto de 2011

Pláticas del Swami Vijoyananda

Swami Vijoyananda: Mucho se ha hablado y se habla sobre dos conceptos: libre albedrío y destino. El libre albedrío solamente puede operar cuando el individualismo no sólo ha dejado al egoísmo en la acción sino también de estar en los límites de naci­miento, familia, parientes; vale decir se ha colocado fuera del tiempo y espacio, adquiriendo su primitiva o real naturaleza que es la libertad.

Si así el ser individual no actúa, su libre albe­drío, deja de ser tal; es decir queda limitado. Si reconocemos en nosotros operando el concepto libre albedrío, debemos aceptar que sólo el yo in­dividual es el culpable de sus acciones buenas o malas; por ende, puede él mismo en el momento del reconocimiento cambiar su forma anterior por una menos permeable; de modo que los flechazos que mandamos y nos mandan sean: los primeros, sin el curaré de las pasiones y emociones de los sentidos, y en el segundo caso que las flechas que lleguen no hagan de la forma un colador donde no pueda res­paldarse la resistencia, con la virtud de transformar todo el mal en amor.
Si aceptamos todo como acción del destino, esa fuerza desconocida que nos lleva de un lado a otro en la manifestación de la forma, es incon­gruente pensar que aquí entre a tallar también el libre albedrío; el que acepta el destino llega a con­vertirse en un perfecto devoto.
En el sendero espiritual la individualidad se esfuma y en este campo que sólo huella el perfecto, son los menos los que pueden ir por él.
Cuando sufrimos algunos dolores en la vida decimos que es obra del destino... Y si fueran satis­facciones ¿A quién las cargaríamos? Es que no pensamos seriamente. Karma es la acción que hemos creado y que solamente apreciamos en su efecto; cuando cesamos de desear nuestro karma no se agiganta, se va extinguiendo.
Pregunta: ¿Qué es goce?
Swami: Goce es sinónimo de conocimiento. Cuando deseamos algo y no está a nuestro alcance por muy elevado o fuera de nuestro rango, sufri­mos; cuando logramos ese objeto sufrimos por te­mor a perderlo; y cuando lo perdemos, nuevamente el dolor nos atenacea. ¿Por qué esto? Porque el goce lo buscamos fuera de nosotros; si lo buscáramos dentro nuestro y lo halláramos, veríamos que somos la plenitud misma, que todo eso externo fue como un espejismo que en el desierto suele sufrir el via­jero; el agua y el oasis que veía eran espejismos de su afiebrada imaginación, en cambio en este caso fue debido a su afiebrado deseo.
La mayor parte de los occidentales han ele­gido el camino de lo agradable, muy pocos, poquísimos, han elegido el camino de lo mejor.
Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre instinto e in­tuición?
Swami: En el cerebro hay tres capas; la más limi­tada y que satisface la atracción inferior o animal es la que corresponde al instinto. Sólo a esa atracción o llamado del instinto obedece esa capa. La otra donde el razonamiento alborea, el instinto queda desplazado, controlado, depurado, seleccionado. Y la otra capa cerebral correspondería a lo que emana de un conocimiento previo, de un estado donde los porqués, cómo, cuándo y dónde cesan porque la luz se hace naturalmente. Esto sería la intuición según la explicación de Oriente. En Occidente a una sim­ple adivinación o anticipo de tal o cual cosa le dan ese nombre. Algo...sólo algo de eso hay, nada más.
Hay y hubo seres excepcionales que supieron hasta cuando iban a morir y no sólo eso sino que elegían el tiempo apropiado y hasta inventaban al­guna enfermedad como excusa para poder abando­nar la jaula que aprisionaban sus almas.
Pregunta: ¿Cómo podemos conciliar estas distintas expresiones? Unos dicen: "Amar a Dios sin haberlo visto es un absurdo". Otros, en cambio, dicen: "Debemos amarle sin conocerlo", y un tercero: "Amarle por amor a Él es esencial".
Swami: Dura es la contestación. El primero deberá aún pasar varias vidas antes de que un leve desper­tar en él se produzca. El segundo vislumbra esa luz en su corazón y la ansía buscándola y el tercero tiene esa pira ya encendida y es uno de esos locos que ha dejado de quemarse las alas en pequeños amores. Dios es el amor de sus amores y lo acuna en su corazón hecho ternura.`

Fidelidad

Editorial



Muchas veces hemos leído, escuchado y reflexionado sobre cómo debe ser un verdadero Maestro espiritual, pero muy pocas veces nos detenemos a pensar con seriedad sobre cómo debe ser un verdadero discípulo.

Swami Pareshananda, en su libro: "Ramakrishna, Vivekananda, Vedanta", dice: "El éxito en la vida espiritual depende esencialmente de la calidad del aspirante. Las condiciones externas como lugar, tiempo, son sólo subsidiarias" y tam­bién dice: "Es importante mantener el espíritu de discí­pulo, aunque es difícil. No es posible manifestar la conciencia espiritual sin someter al ego".

Se dice que un discípulo puede compararse a un perro, el cual sea bien o mal tratado, permanece echado a los pies de su amo; esto nos sugiere la idea de fidelidad y entrega, dos virtudes indispensables en la relación Gurú-discípulo y con las cuales muy pocos podemos decir que contamos.

¿Por qué es difícil la fidelidad? Buscando en el diccionario las distintas acepciones de esta palabra, encontramos una que es muy significativa: constancia en el cariño.

A medida que transcurre el tiempo nuestro Preceptor espiritual nos va induciendo a comprender que la naturaleza de nuestro cariño, por elevado que parezca, no es amor puro; es apego, o sea atracción, con su reverso inseparable: el rechazo. ¿Por qué es tan enfático sobre este punto? Porque sabiendo esto recordaremos que mientras todo vaya bien con nosotros sentiremos cariño, pero ante la menor contradicción, frustración o situación desfavorable, se levantará una tremenda ola de rechazo y con facilidad, obedeciendo a esa reacción, podremos cometer el grave error de escapar. Nos está enseñando a ser vigilantes y conscientes de nuestras limitaciones.

Swami Vivekanada dijo: "Ve donde te vapu­leen el ego". Si podemos soportar que nuestro ego sea vapuleado una y otra vez, nuestro cariño se irá purificando, aumentará nuestra confianza y se gene­rará en nosotros la fuerza necesaria para que, pese a las grandes dificultades, podamos tener constancia en el cariño y, como el perro, permanecer echados a los Benditos pies del Amo.

Debemos tener presente que si no somos lea­les con nuestro Maestro ¿cómo podremos decir que somos leales con nuestro Ideal?.

Se dice que el Maestro espiritual actúa como un "casamentero", hace todo para ayudarnos en la difícil y muchas veces dolorosa tarea de someter nuestro ego a la Voluntad de Dios.

Una bendita oportunidad

El Bendito Señor Jesús


Editorial

El Bendito Señor Jesús dijo: "Sed, pues vo­sotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".

Swami Vivekananda dijo: "Cada ser individual es potencialmente divino. La Suprema Meta es manifestar esta divinidad que llevamos dentro, controlando nuestra naturaleza externa e interna. Hacer esto por medio de la acción inegoísta; la devoción a Dios; el discernimiento puro, desechando lo aparente por lo Real; o por el control psíquico; siguiendo uno, dos o todos estos senderos, y ser libres: esta es la religión toda. Las doctrinas, escrituras, iglesias, templos o imágenes, no son más que detalles accesorios".

Muchos decimos ser religiosos, y pertenecer a esta o aquella religión, asistimos todos los domingos a ceremonias, pláticas o conferencias; y hasta tenemos el atrevimiento de proclamar que somos espirituales, pero ¿somos realmente espirituales?.

Si tenemos la bendición de tener un verdadero Maestro espiritual, y algo de sinceridad, pronto nos daremos cuenta que para llegar a manifestar la divinidad interior, a ser espirituales, es necesarios un gran anhelo, perseverancia, valentía y un gran esfuerzo.

Leyendo la palabras de Jesús, tan conocidas por todos nosotros y al mismo tiempo tan olvidadas; veremos que todo lo que Él nos pide es muy difícil, es una permanente contradicción a los impulsos de nuestra naturaleza inferior.

Todos, de una manera u otra intuimos que seguir los pasos de Jesús es el camino a la crucifixión ¿y quién de nosotros está dispuesto a sacrificar su individualidad (niégate a ti mismo), la gratificación y comodidad (carga tu cruz) y continuar sin importar los fracasos y sufrimientos?. Sabiendo esto podemos cometer el error de detenernos y sumergirnos más y más en esta ilusión llamada mundo o, y esto es lo más grave y lo que con frecuencia hacemos, fingir o aparentar ser religioso sin serlo.

La palabra hipócrita suena muy dura, pero el Bendito Señor Jesús la pronunció varias veces; quizás sea necesario recordarla y analizarnos con sinceridad.

El Swami Pareshananda, a poco tiempo de su llegada a la Argentina, en una de sus primeras conferencias nos recordó que: Podemos engañarnos entre nosotros pero nunca podremos engañar a Dios.

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos", dijo el Bendito Señor Jesús. Sería bueno para nosotros, no sólo evocarlo, sino convencernos que esta vida es una bendita oportunidad, ¡no la desperdiciemos!.

¡Despierta, levántate y no te detengas hasta alcanzar la meta!, es la energizaste invitación de Swamiyí, en nosotros está el intentarlo y el resultado queda, enteramente, en las manos de Dios.

El significado de la oración




Nada hay que supere la santidad
de quienes han aprendido la
perfecta aceptación
de todo cuanto existe.


Una noche, mientras se hallaba en oración, el hermano Bruno se vio interrumpido por el croar de una rana. Pero, al ver que todos sus esfuerzos por ignorar aquel sonido resultaban inútiles, se asomó a la ventana y grito: “¡Silencio! ¡Estoy rezando!”

Y como el hermano Bruno era un santo, su orden fue obedecida de inmediato: todo ser viviente acalló su voz para crear un silencio que pudiera favorecer la oración.

Pero otro sonido vino entonces a perturbar a Bruno: una voz interior que decía: “Quizás a Dios le agrade tanto el croar de esa rana como el recitado de tus salmos...” “¿Que puede haber en el croar de una rana que resulte agradable a los oídos de Dios?”, fue la displicente respuesta de Bruno. Pero la voz siguió hablando: “¿Por qué crees tú que inventó Dios el sonido?”

Bruno decidió averiguar el porqué. Se asomó de nuevo a la ventana y ordenó: “¡Canta!” Y el rítmico croar de la rana volvió a llenar el aire, con el acompañamiento de todas las ranas del lugar. Y cuando Bruno prestó atención al sonido, este dejó de crisparlo, porque descubrió que, si dejaba de resistirse a él, el croar de las ranas servía, de hecho, para enriquecer el silencio de la noche.

Y una vez descubierto esto, el corazón de Bruno se sintió en armonía con el universo, y por primera vez en su vida comprendió lo que significa orar.

Anthony de Mello

(







viernes, 26 de agosto de 2011

Meditación y sacrificio

Swami Vivekananda

El yogui dice: toda la vida es yoga. El bhakta dice: toda la vida es lila. El karmayogui dice: toda la vida es yagña. Estas tres, yoga, lila y yagña, en otras palabras: unidad con Dios, juego de Dios y sacrificio; son sólo diferentes estructuras de referencia para comprender la relación entre Dios, el alma y el universo. No interesa qué estructura con­ceptual elegimos; lo que importa es vivir una vida real.

Vida real es vida divina. Y la vida divina es una vida en armonía, de una más elevada conciencia y completa dicha del ser. Dios es la fuente de con­ciencia y dicha y todas las almas individuales se mueven en una espiral de evolución hacia este di­vino Centro. Cuanto más cerrado sea nuestro mo hacia el centro, más divina se volverá nuestra vida. Aquellos que pasan la vida satisfa­ciendo sus deseos sensorios permanecen en un nivel más bajo y experimentan muy poca transformación. En cambio, a niveles más elevados de conciencia el progreso evolutivo individual puede ser considera­blemente acelerado. Y esto es lo que hace el yagña.

La evolución está basada en la ley de sacrificio. A niveles inferiores se presenta una lucha por la existencia y solamente los más aptos sobreviven mientras que el resto es sacrificado. Similarmente, a niveles más elevados hay lucha, pero es la lucha por la conciencia; solamente los aspirantes espirituales más aptos realizan la última Realidad y obtienen la liberación, mientras que los menos aptos continúan moviéndose a lo largo de la espiral evolutiva. Los animales más capaces son aquellos que mejor se adaptan a su medio ambiente; los aspirantes espiri­tuales más hábiles son aquellos que se han adaptado mejor a la vida universal, quienes han convertido toda su vida en yagña.

¿Cómo acelerar nuestra progresión evolutiva? Todo lo que tenemos que hacer es mantener una intensa aspiración y convertir toda nuestra vida en un yagña, abriéndonos, entregándonos plenamente a los poderes creativos de la Vida universal. Sólo la aspiración es nuestra; todo el trabajo es realizado por lo Divino.

La evolución no es asunto individual; es un movimiento cósmico. Todo el poder necesario para el progreso espiritual proviene de la Vida universal. Cuando a través del sacrificio nos abrimos comple­tamente a la Vida, se producirán todos los cambios necesarios y aumentará nuestro impulso evolutivo.

Todos los leños necesarios para la combustión de la evolución espiritual están allí, en la Vida uni­versal; lo que nosotros precisamos es un altar donde el fuego brame. Porque, convertir toda nuestra vida en sacrificio significa convertir nuestro corazón en un altar. Para alcanzar éxito en cualquier sendero de­bemos transformar la totalidad de la vida en ello. El siguiente interrogante es cómo convertir toda nues­tra vida en sacrificio.

Ante todo es menester comprender la verda­dera naturaleza de la vida. En segundo lugar, debe­mos encontrar nuestro verdadero lugar en la vida; la tercera condición es la unificación de trabajo y meditación dentro de una integral disciplina espiri­tual. La cuarta condición es la apertura de la vida individual en todos los niveles a la Vida universal mediante la constante práctica del autosacrificio meditativo.

Lo que el Swami Vivekananda trató de desa­rrollar a través de su filosofía del servicio en el hombre, fue el panorama integral de la vida. Sus principios son tres: la divinidad de la vida, la ley de sacrificio y los niveles de conciencia.

Uno de los principales obstáculos para la orientación de la meta es el conflicto que muchas personas sienten entre vida interior y vida exterior, entre meditación y trabajo. La vida es una sola co­rriente y el querer dividirla en compartimentos des­conectados impide su progresión. La vida espiritual es el desarrollo de la divina conciencia y la transformación de toda la personali­dad.

Realizar esto puede insumir muchos años si restringimos la práctica espiritual a una o dos horas de meditación u oración hecha al azar y con poca intensidad. La práctica espiritual ganará en intensi­dad y concentración sólo cuando tendamos un puente en la brecha entre la vida interior y la exte­rior. Esto significa unificar la meditación y el trabajo en una sola disciplina.

Esto ¿puede ser logrado? Seguro que sí, siempre que aprendamos a acrecentar nuestras limi­tadas e inmaduras ideas acerca de la meditación. La meditación por lo general es considerada como un proceso de fijar la mente sobre un objeto, una forma divina o un nombre divino. Esto está muy bien hasta cierto momento. Pero la dificultad se presenta cuando exageramos el objeto y descuidamos el pro­ceso de la meditación.

Comúnmente se cree que cualquier tipo de concentración sin el nombre o forma elegida, en el campo mental, no es meditación. No es el objeto lo que transforma nuestra conciencia, sino el proceso mental involucrado en la meditación. Si se le da demasiada importancia al objeto mental, la medita­ción pierde su dinamismo y flexibilidad y el aspi­rante quedará como clavado en una rígida estructura conceptual.

¿Qué se espera exactamente de nosotros en la meditación? Según Vedanta el proceso meditativo fundamental es el de fijar la conciencia en el Ser interno. Nosotros conocemos y experimentamos todo con la luz del Atman. En la vida secular co­mún, esta luz es dirigida a lo exterior, apartada de su fuente en lo interior. Cualquier método que se emplee para hacer regresar la corriente de concien­cia a su fuente debe ser considerado como una forma de meditación.

El método de karmayogui para la interioriza­ción de la conciencia es ofrecer su ser inferior como un sacrificio al Ser superior. La tendencia del ser inferior es hacia afuera en busca de los objetos de placer. Mediante el continuo ofrecimiento del ser inferior como ofrenda al Ser superior, se logra que la conciencia regrese a su fuente y se convierta en la meditación. Esta clase de ofrenda del ser practicada como meditación es llamada sacrificio del conocimiento.

Contrariamente a las otras técnicas de meditación la del sacrificio del conocimiento no necesita un tiempo o lugar determinado ni sentarse solo en silencio. Corre paralela con el trabajo. Las actividades comunes son hechas por el ser inferior y así, cuando éste es constantemente ofrecido como una ofrenda, todas las actividades se conectan con el centro de conciencia; como resultado, el trabajo se transforma en una ayuda para la interiorización de la conciencia, más que una distracción u obstáculo. El trabajo hecho con conciencia meditativa es en sí una técnica de meditación.

Sin embargo, el número de personas que realmente lo practican son muy pocas. Porque se necesita un extraordinario coraje y aspiración para liberarse de un molde cómodo, un tiempo fijo, dedicado a la meditación; para buscar a Dios en todo momento y en todo lugar. Para la mayoría de las personas el meditar durante una o dos horas no es más que una excusa para olvidar a Dios el resto del día. Otra razón es que fijar la conciencia en lo interior en todo momento es difícil a menos que, un fuerte tirón desde el centro, es decir, a menos que ya se haya producido un despertar parcial del buddhi o el corazón espiritual.

Uno de los errores que a menudo cometemos es el de tratar de practicar esta meditación en el trabajo sin una previa preparación, en situaciones difíciles, como por ejemplo, cuando tenemos que discutir asuntos serios con nuestros colegas o mientras atendemos algún trabajo importante que exige una función intelectual. Es mejor comenzar esta práctica mientras nos ocupamos de simples actividades, tales como respirar, mirar algo o mientras comemos. Debemos comenzar con un campo limitado de conciencia conectada con el cuerpo antes de lanzarnos a complejos asuntos de otro orden.

Cuando es debidamente practicado durante cortos períodos cada día, estos yagñas producen muchos cambios. En primer lugar, crean un correcto tipo de conciencia que reduce la impulsividad y el automatismo de nuestra vida y nos da un sentido de control y estado de alerta. Gradualmente nuestra conciencia se va interiorizando y desarrollando una corriente subterránea de conciencia meditativa del Ser fluyendo todo el tiempo.

Por Swami Bhayanananda
(Editoriales publicadas en la revista Prabuddha Barata en 1983)

jueves, 25 de agosto de 2011

Cómo volvernos misericordiosos


Editorial:

San Agustín dijo: “Es función de la perfección hacer que uno conozca su propia imperfección”.

Es muy frecuente, en todos nosotros, el creer y tratar que los demás también lo crean, que ciertos defectos y pasiones ya los tenemos controlados o superados, como se dice más frecuentemente. Esta condescendencia con nosotros mismos, genera una carencia de la necesaria vigilancia sobre nuestros pensamientos, palabras y actos, creando así un campo propicio para mayores sufrimientos para nosotros y para las personas que nos rodean.

Así como somos de indulgentes con nosotros mismos, somos de crueles para juzgar a los demás. ¿Cuándo comienza a disminuir esa arraigada tendencia de ver, con gran desdén, terribles faltas en los demás? Cuando, por la gracia de un verdadero y bondadoso maestro espiritual, quien creando permanentemente situaciones de provocación, hace que nuestras pasiones, supuestamente superadas, afloren con gran virulencia, permitiendo, de este modo, que nos demos cuenta y dejemos de auto-engañarnos.

Quizás el ver de una manera tan incuestionable nuestras propias limitaciones, nos haga sentir muy deprimidos y dolidos, es natural, pero recordemos que ese no es el fin, la meta es conocernos a nosotros mismos.

Dijo Swami Ritajananda: “A menudo, las personas no se dan cuenta de la dificultad que existe para descubrir sus defectos, porque su propia mente cubre sus malas tendencias. Durante el período de tiempo en el cual el discípulo vive cerca de su maestro, tendrá que vencer grandes dificultades, ya que su ego será constantemente golpeado por los reproches hechos por su maestro. Sufrirá por ello. Pero tras esta clase de prueba, comprenderá, como estudiar por sí mismo, su mente objetivamente. También comprenderá que el beneficio recibido de su maestro es, verdaderamente, un regalo de un valor inestimable”.

Si somos sinceros y reconocemos nuestra gran impotencia para corregir nuestras faltas, brotará en nosotros la necesidad de rogar a Dios por Su misericordia, y gradualmente nos volveremos misericordiosos con los demás.

Entre el yunque y el martillo

Swami Yatiswarananda

Cada uno de nosotros tiene que pasar por el fuego del sufrimiento, ello es necesario como entrenamiento. La voluntad egoísta debe ser controlada, subyugada, quemada, por así decir, en el fuego del dolor. Si estás preparado para esto, entonces entra en el sendero espiritual. Si, por el contrario, no deseas hacer ningún sacrificio para tu Ideal, deja la idea de buscarlo y vive como quieras. La vida superior no es para los tibios e irresolutos. Por un tiempo te verás entre el yunque y el martillo. Para enderezar el hierro torcido, primero se debe ablandar en el fuego y luego se lo martilla sobre el yunque, de este modo, toma la forma que se le quiera dar. Por lo tanto, debemos vencer toda cobardía. ¡Qué vengan todas las molestias, dificultades y sufrimientos! ¡Enfrentémoslos con firmeza y avancemos hacia la meta!

Hay un hermoso canto de un poeta bengalí:

Oh Señor, si la puerta de mi corazón
Permanece cerrada para Ti,
Rómpela, te lo ruego y entra.
No te alejes de mí.

Si algún día las cuerdas de mi corazón
No vibran con Tu dulce Nombre,
Quédate cerca de mí
Y no me abandones

Si alguna vez permito que alguien
Ocupe Tu asiento en mi corazón.
Oh, mi Eterno Rey,
Te ruego que no te alejes de mí.

Si algún día no despierto a Tu llamado,
Rompe mi sueño con el rayo del dolor.
Mas, te lo ruego,
No te vayas y me abandones.

Swami Yatiswarananda

Swami Yatiswarananda (1889-1966), un monje mayor, y el ex Vicepresidente de la Ramakrishna MathAdemás de siete años de trabajo pionero en la difusión deVedanta en Europa y diez años de la enseñanza de Vedanta en los EE.UU. (Filadelfia).

El Swami era un discípulo iniciado de Swami Brahmananda (el gran discípulo directo de Sri Ramakrishna), y fue muy respetado por sus altos logros espirituales. Abogó y vivió una vida espiritual en armonía con la meditación como la clave.




Dios en todo

Swami Vivekananda

Desde mi infancia he oído decir que se debe ver a Dios en todas partes y en todas las cosas, a fin de poder, realmente, gozar del mundo, pero apenas me mezclo con el mundo y recibo unos pocos golpes, esta idea desaparece. Voy por la calle pensando que Dios está en to­dos los hombres y de pronto me encuentro con un hombre fuerte que me atropella y me hace caer al suelo cuan largo soy. Entonces, me le­vanto rápidamente con los puños en alto, con la sangre agolpada en el rostro; no reflexiono más, de golpe me he vuelto loco. Todo está olvidado; en lugar de encontrar a Dios, veo al diablo.

Desde nuestro nacimiento se nos enseña a ver a Dios en todo; todas las religiones lo en­señan: ver a Dios en todas las cosas y en todas partes. ¿Recordáis cómo Cristo lo dijo en el Nuevo Tes­tamento? Esto se nos ha enseñado a todos; pero, es cuando pasamos a la aplicación práctica que comienzan las dificultades. Recor­daréis aquella fábula de Esopo en la que un ciervo, mirando su imagen reflejada en un lago, le dice a un cervatillo: ‘Qué fuerte soy, mira mi cabeza espléndida, mira mis miembros, cuán vi­gorosos y musculosos son; y mira qué veloz­mente puedo correr’. Pero, oye ladrar los perros en lontananza y huye rápidamente. Después de haber galopado kilómetros, retorna sudoroso y jadeante. Y el cervatillo dice: ‘Acabas de decirme lo fuerte que eres. ¿Cómo se explica que cuando los perros ladraron saliste escapando?’ ‘Es verdad, hijo mío, pero cuando los perros ladran, toda mi confianza desaparece’. Lo mismo sucede con nosotros. Tenemos una idea elevada de la humanidad; nos sentimos fuertes y valientes; hacemos grandes proyectos, pero, cuando los ‘perros’ de la prueba y de la tentación ladran, so­mos como el ciervo de la fábula. Si tal es el caso, entonces, ¿para qué sirve enseñar todas estas cosas? Realmente, es de una gran utilidad. La utilidad está en que la perseverancia, al final triunfará. Nada puede ser hecho en un día. 

Todos pueden ver el cielo. Aun el gusano que se arrastra por tierra ve el cielo azul, pero, ¡qué lejos que está de él! Lo mismo ocurre con nuestro ideal. Sin duda alguna, está alejado, pero al mismo tiempo sabemos que nos hace falta. Debemos tener, además, el más elevado ideal. Desgraciadamente, en esta vida, la mayor parte de la gente atraviesa a tientas una exis­tencia opaca, sin tener ningún ideal. Si un hom­bre que tiene un ideal comete mil errores, estoy seguro de que aquel que no tiene ningún ideal cometerá cincuenta mil. Por lo tanto, es mejor tener un ideal; y es necesario que oigamos ha­blar de él lo más posible, hasta que penetre en nuestro corazón, en nuestro cerebro, en nuestras venas; hasta que vibre en cada gota de nuestra sangre e impregne cada uno de nuestros poros. Tenemos que meditar sobre ese ideal. “Pues es de la abundancia del corazón que la boca habla”, y es, también, de la abundancia del corazón que la mano obra. 

El pensamiento es la fuerza propulsora en nosotros. Llenad vuestra mente con los pensa­mientos más elevados; oídlos cada día, pensad en ellos mes tras mes. No os preocupéis de los fracasos, son naturales; esos fracasos constituyen la belleza de la vida. ¿Qué sería la vida sin ellos? No valdría la pena de ser vivida si no fuera por las luchas que se sostienen. ¿Dónde estaría la poesía de la vida? No os inquietéis por las luchas, por los errores. Jamás he oído decir una mentira a una vaca, pero no es más que una vaca, no es un hombre. Tampoco debéis inquie­taros por vuestros errores, por vuestras pequeñas reincidencias; tomad vuestro ideal mil veces, y si mil veces fracasáis, ensayad todavía una vez más. El alma tiene por delante una vida infinita. Tomaos el tiempo necesario y llegaréis a la meta.

Por Swami Vivekananda
(Fragmento del libro Gñana-Yoga)

miércoles, 24 de agosto de 2011

Apego y desapego

Sri Krishna

Comprendiendo la verdad de la Divina Encar­nación del Señor se trasciende a ambos: vida y muerte, se alcanza a Brahman, la Verdad Ultima, se libera.

Este sendero de la liberación es conocido por los buscadores desde el comienzo mismo de la creación. Sri Krishna dijo: Libres del apego, del miedo y de la ira, purificados por la austeridad y el discernimiento, muchos han alcanzado Mi Ser. (B.G.: IV-10).

En este sendero se requiere estar libre de apego, miedo e ira. Cuando se está, verdadera­mente libre de apego, no habrá para esa persona ninguna causa para estar temeroso o iracundo.

¿Qué es apego? Es el gusto, amor, pasión, anhelo por los objetos que aparecen frente a los órganos de los sentidos. Así pues el apego es hacia la mundanalidad. Sri Ramakrishna lo clarificó con dos palabras: lujuria y codicia.
¡
Cuánto sufre la gente estando apegado a los objetos sensorios! Sri Krishna dijo: Pensar en los objetos sensorios te apegará a los objetos senso­rios; crece en apego y te vuelves adicto; contradice tu adicción y se vuelve ira; enójate y confundes tu mente; confunde tu mente y olvidas la lección de la experiencia; olvida tu experiencia y pierdes la dis­criminación; pierde la discriminación y pierdes el único propósito de la vida. (B.G.: II.62-63).

Podemos recordar lo que dijo Swami Viveka­nanda: Tener un deseo es como po­ner un palo en un nido de avispas. Renunciación (vairagya) es descubrir que los deseos son píldoras doradas envenenadas.
Desear los objetos sensorios, sentir apego es muy natural, si bien el apego es una obstrucción para estar espiritualmente absorto.

El sabio Patányali dice en los Yoga Sutras: El apego es aquello que mora en el placer.

Swami Vivekananda en Raya Yoga explica: Encontramos placeres en ciertas cosas y la mente como una corriente fluye hacia ellos y esta perse­cución del centro de placer, por así decirlo, es lo que se llama apego. Jamás estamos apegados donde no encontramos placer. Algunas veces en­contramos placer en cosas muy raras pero el prin­cipio permanece. Donde sea que encontramos placer ahí estamos apegados.

Inmediatamente que­remos apartarnos de aquello que nos produce dolor. ¿Por qué la gente se siente apegada? Debido a avidya, la ignorancia. El sabio Patánjali dijo: Igno­rancia es tomar lo no eterno, lo impuro, lo penoso y el no-ser; por lo eterno, puro, feliz, y el Atman, respectivamente. La ignorancia cubre nuestro en­tendimiento.

Swami Vivekananda observó: Todas las distintas clases de impresiones tienen una misma fuente: la ignorancia. Primero tenemos que aprender qué es ignorancia. Todos pensamos ‘soy el cuerpo’ y no el Ser, el puro, el efulgente, el siempre dichoso, y eso es ignorancia. Pensamos en el hombre y vemos al hombre como el cuerpo, y eso es ignorancia.

Puede entonces decirse que apego es la no­ción que surge cuando una persona se considera como el hacedor de una acción; de esto podemos compren­der cómo ser desapegados. Si uno puede conside­rarse un instrumento, habrá automática­mente el estado de desapego, en este estado no habrá nin­guna sed por ningún placer visto u oído. ¿Cómo podemos adquirir ese estado? Por la cons­tante per­cepción del mal en toda felicidad sensoria y la mente no correrá tras los objetos. Esto es renun­ciación.

Sri Krishna dijo: Los placeres que nacen de los objetos sensorios y que tienen principio y fin, son en realidad, la causa de la miseria. Por eso, ¡oh, Kounteya!, los sabios no se regocijan en ellos. (B.G.: V.22).
De cualquier forma debe haber un sincero es­fuerzo por practicar, por mantener la calma; cuando se practica por largo tiempo ininterrumpi­damente y con amor, una persona se establece firmemente.

Sri Krishna dijo: Sea cualquiera la manera en que los hombres Me adoren, Yo satisfago sus de­seos ¡oh Pharta!, de todos modos es Mi sendero el que hollan los hombres. (B.G.: IV-11).

Por Swap
Monje de la Órden de Sri Ramakrishna

El amor es el aceite

Editorial



Es natural, en todos nosotros, el deseo de ser felices, la búsqueda de placer y gratificación, y del mismo modo, es el rechazo por lo contrario: el sufrimiento. Con esta fuerte tendencia vamos transitando por la vida con la ilusión de poder, de alguna manera, evitar todo dolor y lograr la felicidad y libertad permanente; no lo logramos y así la frustración y desilusión aumentan, en vez de detenernos a reflexionar y a tratar de entender qué nos ata y dónde debemos buscar la verdadera felicidad, continuamos la obstinada lucha con "los molinos de viento".

Swami Pareshananda dijo: "La completa desi­lusión en el corazón es el preludio para una más elevada iluminación espiritual, especialmente donde hay amor por el Señor, entrega a El". 

El creciente disgusto será nuestro mejor alia­do, en la medida en que entendamos lo que dijo Swami Vivekananda: "Sábelo, el esclavo acariciado o azotado, esclavo es y nunca libre, porque los grillos no atan menos por ser de oro". El ideal de felicidad y libertad que tenemos nosotros es una cadena de oro. Swamiyí también dijo: "El deber rara vez es agradable. Sólo cuando el amor aceita sus ruedas, se desliza suavemente, de otro modo es una constante fricción". Seamos conscientes o no, existe esta fricción en nuestra relación con el Señor: si todo va bien con nosotros, lo queremos; si algo anda mal, me enojo y ya no lo quiero.

Tendremos que esforzarnos por aceptar el hecho indefectible de que debemos abandonar la prisión, no importa cuánto nos hayamos acostumbrado a ella, si queremos ser libres y que , sea dolorosa o no, la ayuda siempre viene de Dios. Es El quien quiere vernos libres y dichosos.

Logrando ese indispensable aceite, el amor, llegará el día en que en medio de las contradicciones, frustraciones y pesares podremos exclamar con un gozoso corazón: ¡Qué se cumpla Tu voluntad!

martes, 23 de agosto de 2011

Acción y no reacción


Pregunta: ¿Cómo debemos actuar para no reaccionar ante los acontecimientos?

Respuesta de Swami Vijoyananda: Ante ese problema estoy yo presente. Me he empeñado en querer a todos y espero llegaré a conseguirlo a pesar de los jirones que de mi físico, ese intento me está restando. 

El mundo siempre nos deparará amarguras. Hay quien cree que el camino del mundo es una línea recta, mas no es así, hay sinuosidades y estos trazos también son necesarios en él. El amor se paga con odio. Golpes caen sobre nosotros cada vez que hacemos algo bueno,...y cuántos han caído sobre mí. Creo que ni aún tomando la posición del cínico podría alguien dejar de reaccionar.

Para quien el motivo de su vida es el amor, y sólo el amor, los contrastes lo dejan contrito pero no tienen la suficiente fuerza para hacerlo desertar; a veces me ha pasado esa idea por el cerebro...total en la India con dos trajes de algodón y un par de zapatos quedaría todo resuelto, pero no es así. Mi Maestro (Swami Brahmananda) me decía: ‘La paciencia limitada es intolerancia y quien no sepa perdonar que deje el hábito’.

Ustedes, los que tienen familia, cuentan con un hijo o parientes que se les acerca y les hace un cariño. No quiero recordarles lo que suele haber detrás... mi familia es muy grande (todos ustedes) y entrañablemente los quiero, más a veces, en quien multipliqué mis desvelos se va sin decir nada. Es muy duro. ¿Comprenden ahora por qué un Swami también sufre y también se enferma?

Mientras tuve a mi madre a quien adoraba, conocí el real cariño y cuando la perdí, vi que hay besos que se compran, cariños que se pagan, amores que se prodigan por interés; ante realidades así, deduzca usted cual puede ser la reacción. Mas cuando alborea en el corazón ese amor que es la proyección del Ser en el Ser, todo cambia. Recuerdo lo que en otra oportunidad les referí de los Upanishads, cuando el maestro iluminado dijo a su esposa: ‘Nadie, oh querida, amó jamás al esposo, por el esposo mismo; es por el Atman, por el Señor que está dentro, que el esposo es amado’. Similarmente es en todas las relaciones. Es que olvidamos nuestro origen divino. Esos mares de lágrimas que ruedan de nuestros ojos son necesarios para lavar el fango, que durante tanto tiempo (fuera de cálculo para nuestra frágil memoria) fue depositándose en nuestro interior, ocultando nuestra real divinidad.

En la vida común apenas si nos levantamos del plano animal. De la vida moral a la espiritual hay una gran diferencia. En la primera la acción se reduce a ‘esto puedo hacer y aquello no debo hacer’, en síntesis: acción de los opuestos donde nos establecemos en el bien. Establecidos en lo moral, hemos dado recién el primer paso hacia la espiritualidad. Recordemos que somos la Dicha y que la desdicha nos la acarrea nuestra ignorancia.

El secreto para poder estar en el mundo, y no reaccionar contra él, es permanecer en él sin ser de él. Quien pudiera hacer como el devoto que cuando la serpiente le inyectó la ponzoña en los pies le dijo: ‘Oh, Bienamado, más arriba, el beso, más arriba’. Pero desgraciadamente somos como el loro que en compañía de un santo aprendió a repetir el Nombre del Señor, pero al echársele encima el gato, sólo puede articular el grito habitual.

La humanidad, aquí y en muchas partes, está pasando por un momento crucial; la mentira reina y es la credencial que abre puertas, la libreta del Banco, es dios, y sus secuaces, la desvergüenza y otras actitudes innobles. Para seres sensibles este vivir se hace insoportable, difícil. Las grandes almas deben poder sobrellevar todo y no desviarse de su meta. Es el camino de la crucifixión, es un camino de espinas ...¡Y qué punzantes!; pese a todo seguir amando y perdonando es la consigna.

Rev. Swami Vijoyananda
Fundador del Hogar Espiritual Ramakrishna-Vivekananda de la Argentina.