Sri Ramakrishna |
En la magnífica avenida de los héroes del espíritu, he elegido dos hombres que me han conquistado por haber sabido realizar con un encanto y una fuerza incomparables la espléndida sinfonía del Alma Universal. Puede decirse son su Mozart y su Beethoven, su Pater Seráficus y su Júpiter Tonante: Ramakrishna y Vivekananda.
No soy aficionado. No traigo a los cansados lectores motivos para huir de sí mismos, sino para encontrarse, para hallar el profundo Yo desnudo, sin disfraz, sin mentira. Me acompañan los que lo han buscado, lo mismo los vivos que los que han muerto, y no me preocupa el límite de los siglos o de las naciones. Para el alma desnuda, no hay Oriente ni Occidente; éstas son sus vestiduras. Su casa es el mundo, y como es de todos, es para todos.
El hombre cuya figura evoco aquí fue el coronamiento de dos mil años de vida interna de un pueblo. Murió hace cuarenta años y sigue siendo un animador de la India de nuestros días. Fue un aldeano de Bengala, cuya vida se desenvolvió en un ambiente limitado, sin incidentes notables, pero su vida interior abarcó la multiplicidad de los hombres y de los dioses. Compartía el propio manantial de la Energía. Pocos remontan hasta el manantial. El modesto aldeano de Bengala, escuchando a su corazón, supo encontrar los caminos del Mar interno, y lo emprendió realizando el versículo de los Upanishads: "Soy más antiguo que los dioses radiantes. Soy el primogénito del Ser. Soy la arteria de la inmortalidad."
Romain Rollan
(Escrito en Navidad de 1928)
Escritor francés, (l866-1944). Premio Nobel en 1915. De su libro "La vida de Ramakrishna"
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