Swami Vivekananda |
Swami Vivekananda decía que aquel que quiere ser grande, debe necesariamente sufrir y que el destino de algunos es el de ver todos los goces de los sentidos reducidos a cenizas; y agregaba: "¡Toda la vida no es más que el canto del cisne! No olvide nunca esto: Cuando el león recibe una puñalada en el corazón, lanza su rugido más terrible; golpeada en la cabeza, la cobra, airada despliega su capuchón; y la majestad del alma sólo se revela cuando un hombre es herido de muerte en lo más profundo de su ser."
Solía cantar dulcemente: ¡Madre! yo no soy uno de aquellos que te colocan una guirnalda de cráneos en el cuello y luego retroceden aterrorizados y te llaman Misericordiosa. El corazón debe convertirse en un crematorio, donde se reduzca a cenizas: el orgullo, el egoísmo, los deseos. Y entonces, sólo entonces, ¡La Madre vendrá danzando!.
''Yo amo el terror por el terror mismo, decía, la desesperación por ella misma, el dolor por él mismo. Luchar, siempre luchar y seguir luchando en el campo de los vencidos. Ese es el ideal. ¡Ese es el ideal!"
(Del libro 'Vivekananda, como yo lo vi' por Sister Nivedita).
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