La Madre Durga |
Para recorrer la vida armado contra el temor, el peligro y el desastre sólo dos cosas se necesitan; dos cosas que marchan juntas: la Gracia de la Madre Divina y, de nuestra parte, un estado interior plasmado por la fe, la sinceridad y la renuncia. hagamos que nuestra fe sea pura, inocente y perfecta.
Una fe egoísta en el ser mental y vital manchado de ambición, orgullo, vanidad, arrogancia intelectual, caprichos, exigencias personales, ansias de mezquinas satisfacciones de la naturaleza inferior, constituye una llama pequeña y oscurecida por el humo, que no puede alzarse hacia el cielo.
Logremos que nuestra sinceridad y entrega sean genuinas y totales. Cuando nos entreguemos, hagámoslo de manera absoluta, sin exigencias, sin condiciones, sin reserva alguna, de modo que todo en nosotros pertenezca a la Madre divina, sin dejar nada al ego o a cualquier otro poder.
Cuanto más completa sea nuestra fe, sinceridad y renuncia, más totales serán la gracia y la protección sobre nosotros. Y cuando la gracia y la protección de la Madre Divina estén con nosotros, ¿qué cosa podrá tocarnos; a quién temeremos? Su toque convierte las dificultades en oportunidades, el fracaso en éxito y la debilidad en vigor inquebrantable.
Sri Aurobindo
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