Swami Vivekananda |
Tarak, Latú y Gopal el mayor, permanecieron en la casa-jardín de Cossipore hasta fin de ese mes, ocasión en que vencía el alquiler. Luego, junto con los demás discípulos, se trasladaron a Baranagore, donde vistieron el hábito ocre del monje. Allí instalaron el primer monasterio de la Orden de Sri Ramakrishna con Narendra como líder y se dedicaron a cumplir las enseñanzas del Maestro.
El camino de Narendra para convertirse en Swami Vivekananda fue un proceso gradual muy difícil de atravesar. Tuvo que hacer frente a grandes dificultades hasta convertirse en el maestro de numerosos devotos y discípulos y ser un foco de espiritualidad que difundía la enseñanza de Sri Ramakrishna.
Los discípulos se reunían diariamente en la casa de Cossipore. Meditaban, cantaban y conversaban. Recordaban al Maestro, sus vivencias con él, su vida y enseñanzas. Un día, cuando había pasado una semana desde el fallecimiento, Naren y Harish tuvieron una visión de Sri Ramakrishna. Eran cerca de las ocho de la noche y conversaban cerca de la orilla del pequeño estanque de la casa. De pronto, Naren vio una forma luminosa, cubierta con una tela, que venía caminando lentamente hacia ellos desde el portal de entrada. En ese momento oyó decir a su compañero en voz baja: “¿Qué es eso?” Entonces Naren preguntó en voz alta: “¿Quién está ahí'?” Cuando la aparición llegó hasta el frondoso jazminero, se desvaneció. Los otros devotos vinieron al oír sus voces, trajeron linternas y revisaron todo el jardín pero no hallaron nada. Naren quedó profundamente impresionado por la visión.
Sri Ramakrishna, Swami Vivekananda y Sri Sarada Devi; el Templo de Belur Math y todos los discípulos de Sri Ramaakrishna |
También la Santa Madre fue bendecida con la visión del Maestro en distintas ocasiones. La primera vez, ella se disponía a quitarse los brazaletes de acuerdo a la costumbre de las viudas en India, cuando Sri Ramakrishna apareció ante ella y le dijo que no lo hiciera, que él no había muerto. Después de esa visión, la Santa Madre continuó usando los brazaletes de oro y sari con borde rojo hasta el último día de su vida.
Las cenizas del Maestro habían sido colocadas en una urna de cobre y colocadas en la habitación que había ocupado durante su enfermedad. Los devotos habían decidido que las reliquias serían trasladadas a un lugar en las orillas del Ganges, pero no pudieron adquirir el terreno por motivos económicos. Se produjo entonces una disputa entre los discípulos hogareños y los monásticos por el destino de las reliquias. Finalmente, se apeló al juicio de Narendra, quien dijo: - “Hermanos, sean razonables. ¡Que nadie pueda decir que sus discípulos pelearon sobre sus cenizas! ¡Que las tengan! Ajustemos nuestras vidas a 1as enseñanzas del Maestro: si somos veraces y firmes en sus ideales; si vivimos de acuerdo con ellos, habremos hecho mucho más que adorando sus reliquias.” Acordaron un día para entregar la urna a los hogareños, pero el día anterior Naren decidió que les darían solamente las cenizas y mantendrían las reliquias en custodia. Prepararon la urna y los devotos hogareños, que ignoraban lo sucedido, la recibieron de mano de los discípulos, quienes se turnaron para transportarla sobre sus cabezas hasta Kankurgachi, donde fue enterrada de acuerdo al ceremonial. Poco después, se levantó, en ese lugar, un templo conocido luego como el “Retiro de Yoga”. Allí, se realizaba anualmente una celebración en honor de Sri Ramakrishna.
Las reliquias que conservaron los monjes fueron colocadas en una urna sellada y estuvieron en la casa de Balaram Babu en Calcuta hasta que la Santa Madre las llevó consigo cuando salió en peregrinación hacia Vrindaban. De acuerdo con la costumbre parte de las reliquias fueron enviadas a lugares sagrados como Harwar para ser entregadas a las aguas del Ganges.
Desde ese momento, cada vez que los monjes se trasladaron, llevaron consigo los objetos personales del Maestro y los utensilios que se habían utilizado en su servicio. Hasta el día de hoy estos objetos son preservados y cuidados por los monjes de la Orden.
El Monasterio estuvo situado en Baranagore desde 1886 hasta 1892. Desde l892 hasta l897 estuvo en Alambazar, en la vecindad de Dakshineswar. De allí fue trasladado a la casa-jardín de Nilambar Mukherjes sobre las orillas del Ganges, exactamente frente, río por medio, a Baranagore. Finalmente ha sido establecido en forma permanente a corta distancia, hacia el norte del Ganges, en Belur, un hermoso y espacioso predio adquirido por Swami Vivekananda para sus hermanos monjes. En esa ocasión, Swami Vivekananda colocó la urna con las reliquias sobre su hombro derecho y la llevó desde la casa de Nilambar Babu hasta Belur Math. Ahí la colocó y dijo, con lágrimas en los ojos: “Ahora Sri Ramakrishna está instalado en donde permanecerá para siempre.” Con profunda congoja recordó que Thakur le había dicho: —“Donde tú elijas ponerme, allí me quedaré alegremente.”
Llegó el momento de desocupar la casa-jardín de Cossipore y de resolver donde irían los discípulos que habían renunciado para abrazar la vida monástica. En ese momento, Surendra Nath Mitra, el devoto hogareño que había sufragado la mayor parte de los gastos de la enfermedad del Maestro, tuvo una visión de Sri Ramakrishna, que le pidió que ayudara a los muchachos en sus problemas para que pudieran cumplir con el compromiso asumido por ellos.
Surendra fue a verlos de inmediato y les dijo: —“Hermanos, ¿Dónde irán? Permítanme alquilar una casa donde puedan vivir juntos y los hogareños podamos encontrar un refugio temporario para nuestras preocupaciones mundanas. Yo dedicaba parte de mis entradas para cubrir los gastos de Cossípore y continuaré dando ese monto para el alquiler de una casa para ustedes.” Naren se sintió profundamente conmovido por el gesto de Surendra.
Después de mucho buscar se encontró una casa ubicada en Baranagore, un lugar equidistante de Dakshineswar y de Calcuta. La casa estaba en muy mal estado y necesitaba reparaciones urgentes. Constaba de dos plantas, no tenía puerta de entrada y la veranda del piso superior estaba en ruinas. El cuarto principal donde vivían los monjes se encontraba en un estado lamentable. Todo en la casa tenía un aspecto misterioso y fantasmagórico. La habían elegido por el bajo alquiler y por la cercanía del sagrado Ganges.
Tarak y Gopal el mayor fueron los primeros en ocupar la casa. Algunos habían regresado temporariamente a sus hogares y otros andaban en peregrinación. Naren visitaba su casa de vez en cuando. Quería dejar a su familia en situación de autoabastecerse antes de tomar definitivamente el sendero del monasticismo. En la Corte de Justicia se realizaba un juicio relacionado con la propiedad familiar y Naren concurría a las audiencias en representación de la familia. Mientras resolvía estos asuntos, permanecía en Baranagore durante la noche y parte del día.
A los pocos meses de estar en Baranagore, la madre de Baburam los invitó a su casa en la aldea de Antpur. Todos aceptaron la invitación. Pasaron los días en oración, meditación y canto. Recordaban al Maestro y Narendra dijo en una ocasión: —“La realización de Dios es la única meta de la vida. Eso es lo que representó la vida de Sri Ramakrishna. ¡Debemos realizar a Dios!”
El espíritu monástico se intensificó. Compartían la fuerza espiritual y el amor y se notaba un espíritu de renunciación en ellos y un manifiesto deseo de tomar los votos de Sannyasa en presencia de los demás debido al deseo de perpetuar el espíritu de Sri Ramakrishna, para lo cual decidieron organizar una Orden.
Todo esto se plasmó en forma definitiva una noche ante un gran fuego Dhuni en los terrenos de la casa, que desde ese momento fue considerada sagrada. Cerca de la medianoche los monjes se reunieron ante el fuego, alimentado por grandes leños. Por sobre sus cabezas se extendía el cielo de India y a su alrededor todo era paz inefable. La meditación se prolongó largo rato. Luego, Narendra comenzó a hablar de la vida de Jesús, del asombroso misterio de su nacimiento, su muerte y resurrección. Les dijo que debían tratar de ser como Cristo para ayudar a la redención del mundo y realizar a Dios.
De pie ante el fuego Dhuni, todos ellos tomaron los votos de Sannyasa ante Dios y los demás hermanos. Más tarde descubrieron que esa noche era la víspera de Navidad, Nochebuena. Antes de regresar a Baranagore, hicieron ·una peregrinación al templo de Tarakeswar Shiva, para adorar al Señor de los monjes.
A su regreso al monasterio, Sarat y Sashi renunciaron formalmente y se convirtieron en miembros estables. Les siguieron Rakhal, Niranyan, Baburam y Kali y poco después hicieron lo propio Subodh y Sarada Prasanna, quien acababa de aprobar su B.A. Gandadhar, a su retorno de una peregrinación al Tibet ingresó a la Orden. Más tarde se unieron Harí y Tulsi. Por su parte, Yoguin y Latú se unieron al pequeño grupo de Baranagore a su regreso de Vrindaban. Con excepción de ocasionales ausencias, Narendra estaba con ellos hasta que, después de tres años, se convirtió en monje errante.
Así, en el lapso de un año, el Monasterio de Baranagore quedó formado por los jóvenes discípulos de Sri Ramakrishna. Su práctica espiritual era intensa pero el principio fue una dura vida de privaciones. Sin voluntad para salir a mendigar, vivían con lo que les llegaba y así sucedía que había días que no comían. Su vestimenta era muy precaria y compartían un dhoti y un chaddar que utilizaba aquel que tuviera que salir del math para presentarse decorosamente vestido ante la gente. Surendra Nath Mitra aumentó la suma destinada a la Orden y a menudo enviaba dinero extra o provisiones para asistirlos en su extrema pobreza.
Math de Baranagore, 30 de enero de 1887 |
La mejor descripción de aquellos días en Baranagore proviene de Naren. Un día, un discípulo le preguntó cómo se mantenían en aquellos días. El rostro de Swamiji reflejó distintos sentimientos y súbitamente contestó: “¡Qué pregunta tonta la tuya! Nosotros éramos sannyasines. Jamás pensábamos en el mañana. Vivíamos de lo que traía el azar. Suresh Babu y Balaram Babu se han ido. Si ellos vivieran, danzarían de dicha a la vista de este Math. Suresh Babu fue quien ayudó a fundar el Math de Baranagore y el que proveía a nuestras necesidades. Quién podría igualarlo en compasión y fe?”.
Luego, en un estado introspectivo prosiguió: “Hubo días en Baranagore en que no teníamos nada para comer. Si había arroz, faltaba sal. Hervíamos hojas de la enredadera Bimba y le agregábamos arroz y sal. Esa fue nuestra dieta durante meses. Vivíamos en una impetuosa marea de prácticas religiosas y meditación. Ante semejantes austeridades hasta los demonios huían. Cuanto más se interpongan las circunstancias en tu camino, más se manifestará tu poder interior. ¿Comprendes?”
A sus discípulos les hablaba con franqueza acerca de aquellos días de Baranagore. Con otros se mostraba reservado y reticente cuando le preguntaban sobre eso.
Swmi Sadananda, uno de los primeros discípulos del Swami Vivekananda, al referirse a aquellos días, contó: Swamiji, bien temprano, cuando aún no había amanecido, se levantaba y llamaba a los otros. Pasada la medianoche, él y los otros monjes subían a la terraza del edificio y pasaban horas cantando cánticos de alabanza a pesar de las quejas de los vecinos.
Tenían muchos visitantes y las horas transcurrían en el estudio de la filosofía, la ciencia y otras disciplinas además de la meditación, el canto y sus prácticas. Naren hablaba a los visitantes sobre la importancia histórica de la vida y enseñanzas de Sri Ramakrishna y su influencia en los jóvenes hindúes a quienes brindaba la verdadera comprensión de los ideales de adoración Hindú.
Simultáneamente con estas actividades, los jóvenes monjes observaban los festivales religiosos. Una de las primeras celebraciones que hicieron fue la del Shivaratri, la noche de Shiva. Comenzaron el día cantando un himno a las glorias de Shiva que Naren acababa de componer. Pasaron el día en ayuno, oración y adoración. Durante la noche danzaron al son de los mantras en honor a Shiva. En la mañana siguiente encendieron un fuego Homa para hacer oblaciones a las deidades.
En los momentos dedicados al estudio, Naren solía explicar los textos a sus hermanos-discípulos. Un día, hablando del Guita, dijo: “Dios reside en el corazón de todas las criaturas y las hace girar como si estuvieran atadas a una rueda. Piensen en la naturaleza real del hombre. Miren las estrellas. Son innumerables y cada una es un sistema solar. Nosotros venos sólo un sistema solar y conocemos apenas una fracción infinitesimal de todo eso. La tierra, comparada con el sol, es como una bolita y el hombre un insecto caminando por su superficie.”
Luego dijo: “Tomen refugio en Dios, entréguense totalmente a sus pies. Sri Ramakrishna decía: “Dios es como una montaña de azúcar y tú eres una hormiga. Un grano de azúcar es suficiente. Dios es el infinito océano de misericordia. Él derramará su gracia sobre ti. Ruégale para que te proteja siempre. Todo lo que necesitas es repetir su nombre. El Maestro decía: “Fe es la única cosa esencial. Dios está muy cerca de nosotros, lo único que se requiere es fe para realizar esto.”
Además del cu1to diario ante la imagen del Maestro, se ofrecía alimento. En el Aratrika (servicio vespertino), los monjes cantaban las estrofas adaptadas del himno que se canta a esa hora en Benares, en el templo de Vishvanath.
Sashi (luego Svami Ramakrishnananda) se dedicaba al servicio espiritual al Maestro. Era 'la madre' del Math, el guardián de los demás en asuntos prácticos arrancándolos literalmente de la meditación para que cumplieran con sus obligaciones cotidianas, enviándolos ya a bañarse, ya a comer.
Para los devotos de Sri Ramakrishna y de Swami Vivekananda la palabra ‘Baranagore’ es sinónimo de práctica espiritual. Si el jardín de Dakshineswar estaba saturado con la divina presencia, en el Monasterio de Baranagore no pasaba menos. .Allí, esos jóvenes que se habían sentado a los pies de Sri Ramakrishna, desarrollaron fuerza y santidad. Aquel que penetraba en la esfera de su influencia, quedaba cautivo del espíritu de embriaguez por Dios en que vivían. Cada uno representaba un aspecto del Maestro. Ellos encendieron un fuego espiritual que habría de extenderse esparciendo en su marcha la enseñanza de Sri Ramakrishna.
Del libro "Vida de Swami Vivekananda" por sus discípulos de Oriente y occidente.
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