La Divina Madre Durga |
El Maestro (Sri Ramakrishna) estaba parado en el pórtico oeste. Como era otoño, tenía puesta una camisa de franela teñida de ocre. Preguntó a Narendra (Swami Vivekananda): "¿Es verdad que tú cantaste el ágamani". Acompañado por Narendra y M., Sri Ramakrishna caminó hacia las orillas del Ganges.
Narendra cantó el ágamani:
Dime, mi Uma, ¿cómo lo has pasado,
sola en la casa del Forastero?
¡La gente habla muy mal de nosotros!
¡Ay, muero de vergüenza!
Mi Yerno frota Su cuerpo
con cenizas de la pira funeraria
y vaga por doquier con gran deleite;
Tú también junto a Él,
cubres con cenizas tu dorada piel
¡Él mendiga lo que come! ¿Cómo puedo
yo soportarlo, siendo tu madre?
Esta vez, cuando Él venga a reclamarte,
le diré: Mi hija Uma no está en casa.
Sri Ramakrishna, de pie, escuchaba el canto y entró en samadhi. El sol estaba todavía muy alto en el horizonte, mientras el Maestro permanecía en la ribera, en un estado estático. A su lado el Ganges fluía hacia el norte con la marea; detrás de él se extendía el jardín de flores y a su derecha podía verse el nahabat y el Panchavati. Narendra cantaba a su lado. Gradualmente la oscuridad de la noche cayó sobre la tierra.
Agamani es una clase de canción invocando a Durgá, la Divina Madre. De acuerdo con la mitología hindú, Durgá o Uma, es la hija del Rey Himalaya. Ella se casó, contra la voluntad de Sus padres, con Shiva, que vaga por los crematorios en compañía de fantasmas, se frota el cuerpo con ceniza y vive de limosnas. Según las condiciones del casamiento, le era permitido a Durgá pasar tres días al año con sus padres. Las mujeres hindúes de Bengala consideran a Durgá como su propia hija. El primer día de Durgá Puya, ellas cantan el ágamani, para dar la bienvenida a la Divina Madre. El canto está lleno de ternura y el cariño de una madre por su hija que retorna al hogar, de la casa del esposo, después de mucho tiempo. (E.S.R. Il, 206).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario